Mundial México 1970: Consagración de Pelé como el «rey» del fútbol

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Para el mundial mexicano, se inscribieron 75 selecciones buscando 14 boletos con México e Inglaterra automáticamente clasificados, el boicot africano al mundial de 1966 dio resultado y en esta ocasión la FIFA les otorgó un boleto directo, siendo Marruecos el afortunado en ganarlo y convirtiéndose en el primer equipo africano en jugar un mundial tras Egipto en 1934.

En México se construyó como parte de la candidatura el estadio Azteca para albergar el mundial, así como el Cuauhtémoc en Puebla, el Nou Camp en León mientras que el estadio Jalisco de Guadalajara fue ampliado, el Luis Dosal (hoy Nemesio Diez) de Toluca prácticamente no sufrió cambios para el mundial.

Entre los equipos europeos hubo molestia, ya que los partidos para coincidir con el horario televisivo de Europa, se jugarían a mediodía y en la tarde, sumados a la altitud, las selecciones llegaron con más tiempo que de costumbre a México para aclimatarse lo mejor posible.

Reseña mundialista

Este fue el primer mundial transmitido por televisión a color a todo el mundo. También este fue el primer mundial donde se utilizarían las tarjetas para amonestar y expulsar jugadores como propuesta de Ken Aston para que el público y demás jugadores llevaran el control, el primer jugador que vio la tarjeta amarilla fue el soviético Asatiani en el partido inaugural ante México, la tarjeta roja esperaría 4 años para ser mostrada en una Copa del Mundo, ya que no hubo expulsados en México 70, asimismo este fue el primer mundial en el que se permitía sustituir jugadores durante el partido, permitiéndose 2 por encuentro, el primer cambio también fue soviético, Serebryianov saliendo de cambio por Puzach.

Este mundial fue primero en el que la marca deportiva alemana Adidas fabricó los balones para el mundial, cosa que permanece hasta nuestros días. El primer balón fue llamado Telstar, hecho de cuero con 32 piezas, pentágonos negros y hexágonos blancos pensando en ayudar al espectador en televisión blanco y negro a distinguir el balón, el diseño que hoy es el tradicional al referirse a un balón de fútbol. Dicho diseño se conservó para el mundial de Alemania 1974.

El partido inaugural tenía un cierto significado político para el presidente mexicano Gustavo Díaz Ordaz, quien 2 años atrás reprimió con brutal dureza las manifestaciones de estudiantes previo a los Juegos Olímpicos, el rival de México era la Unión Soviética, un país que tanto odiaba Díaz Ordaz.

México empató a 0 con los soviéticos, en el segundo partido enfrentaron a El Salvador, un rival más de CONCACAF, que tuvo polémica incluida, ya que el arbitraje del egipcio Ali Kandil fue realmente de escándalo, el primer gol se generó en un tiro libre que Kandil primero había marcado favorable a El Salvador, con los salvadoreños despistados México cobró y en la jugada el ‘Cabo’ Valdivia anotó el primero, los salvadoreños reclamaron a Kandil y le patearon el balón en sus narices negándose a jugar, el medio tiempo aparentemente calmó las aguas pero Valdivia volvió a marcar, entonces los salvadoreños ante el mal arbitraje comenzaron a patear a los mexicanos hasta cansarse, México ganó 4-0.

Ante Bélgica, México ganó 1-0 con gol de penal del ‘Halcón’ Peña, los aztecas por primera vez pasaron la primera ronda pero quedaron segundos de grupo por diferencia de goles con la Unión Soviética, obligándolos a salir del Azteca para enfrentar a Italia en Toluca en cuartos, aunque ‘La Calaca’ González dio esperanzas al Tri con un gol al minuto 13, la squadra azurra remontó y dejó el marcador 4-1 para acabar con el sueño mexicano.

Inglaterra no hizo nuevos aficionados en su viaje a México, previo al Mundial durante una gira en Colombia, el capitán inglés Booby Moore fue acusado de robar un brazalete en la tienda del hotel donde se hospedaba el Equipo de la Rosa, lo que obligó a Moore a retrasarse para llegar a Guadalajara, donde jugaría Inglaterra.

El público de Guadalajara que había esperado a los ingleses con ansias pronto se decepcionaron de lo cerrado de los dirigidos por Sir Alf Ramsey que además era recordado por sus despectivas declaraciones respecto a la selección mexicana en 1966, la cosa se puso peor cuando los ingleses se habían traído su propia agua para beber desde Inglaterra cuando llegaron a México, tomándolo como insulto. Ramsey se quejó amargamente de las instalaciones en las que tendría que entrenar y jugar Inglaterra además de la ciudad.

Cuando perdieron su segundo juego de primera ronda ante Brasil, el público de Guadalajara festejó gritando al unísono ‘Inglaterra ya se va’, dado que la derrota significaría que Inglaterra tendría que ir a León para jugar en cuartos.

En el tercer duelo ante Checoslovaquia, Inglaterra se vio forzada a cambiar de uniforme ya que los checos jugarían de blanco, en lugar de usar el tradicional uniforme rojo de visitante, Inglaterra consternado por el calor salió a jugar en un uniforme azul celeste que hicieron especialmente para México 70, Inglaterra ganó, pero tanto entrenador y la TV se dieron cuenta del error de jugar de celeste al no distinguirse de manera clara, por lo que no volvieron a usarlo en el Mundial.

Brasil para este mundial llegó con Pelé como su gran figura pero a su lado jugadores como Jairzinho, Rivelino, Carlos Alberto, Tostao, Gerson y Clodoaldo en la que muchos consideran la mejor equipo de la historia del fútbol.

Tras masacrar 4-1 a los checoslovacos, en el segundo duelo enfrentaron al campeón del mundo Inglaterra, en uno de los mejores partidos de esa Copa del Mundo jugado en el estadio Jalisco bajo intenso calor al ser jugado a mediodía, el partido vio la llamada ‘atajada del siglo’ cuando Pelé remató de cabeza picado que en cualquier otra situación hubiera sido gol, Pelé incluso había iniciado el festejo pero el portero inglés Gordon Banks de manera increíble sacó el balón en la raya aún con el bote, provocando la ovación del público tapatío ante la tremenda atajada.

Brasil como fuese ganó en una gran jugada colectiva que Jairzinho culminó definiendo soberbiamente sobre la salida de Banks dándole la victoria a los amazónicos por 1-0, en un partido que continúo unos minutos más de lo esperado, ya que el árbitro israelí Abraham Klein había pitado el final pero nadie escuchó el silbatazo, continuando el partido unos momentos más. Brasil ganó el grupo 3 derrotando a Rumania.

En el grupo 4 que se jugaba en León, estaba iniciando a destacar por el conjunto de Alemania Federal un delantero de 24 años de edad que encontraba facilidad para dañar las defensas rivales: Gerd Müller.

El apodado ‘Bombardero’ en 3 partidos de la primera ronda anotó 7 goles, encontrando la red en una ocasión ante Marruecos y anotando tripletes contra las selecciones de Bulgaria y Perú, dándole el grupo con marca perfecta a los germanos que para la ronda de cuartos de final se ganaron el derecho de quedarse en León pero además, les tocaba un rival al que querían cobrarle viejas deudas: Inglaterra.

Una anécdota de la selección alemana es que al ir al hotel de concentración para ir a entrenar y de regreso, veterano de 4 mundiales Karl Heinz Schnellinger le pidió permiso al técnico Helmut Schon de ir corriendo detrás del camión a manera de acondicionamiento.

 

La revancha de la final de 1966 que se dio en cuartos de final entre Inglaterra y Alemania fue uno solo de los épicos partidos que se vieron por canchas mexicanas en 1970, pero los ingleses sufrieron la baja previo al partido de Gordon Banks, que sufrió la coloquialmente llamada en México ‘Venganza de Moctezuma’, sufriendo una tremenda enfermedad estomacal que todavía hay quienes creen en Inglaterra que fue ‘envenenado’ en el hotel de León y entonces sería el turno del arquero suplente Peter Moretti.

En la charla técnica Sir Alf Ramsey le dijo a sus dirigidos que ‘los alemanes no nos ganan nunca, ni en el fútbol ni en la guerra han podido’, y todo parecía verdad cuando Alan Mullery puso adelante al equipo de la Rosa al minuto al 31 y Martin Peters a pase de Hurst (ambos anotaron en la final del 66) puso el 2-0 favorable a los ingleses al 49, sin embargo los teutones nunca se dieron por vencidos fieles a su tradición, y el ‘Kaiser’ Franz Beckenbauer acercó a los alemanes al 68 de larga distancia con un disparo raso, el mismo Beckenbauer más tarde diría que de haber estado Gordon Banks en el arco inglés eso no hubiera sido gol.

A 8 minutos del final, el veterano de 4 mundiales y capitán alemán Uwe Seeler remató de cabeza estando de espaldas a la portería un balón que salió bombeado y clareó a Bonetti para empatar el partido en uno de los mejores goles de cabeza anotados en un mundial, forzando el tiempo extra, en el cual Gerd Muller puso cifras definitivas anotando su octavo gol en la Copa, la venganza se había consumado y Alemania por fin, había derrotado a Inglaterra.

Gordon Banks en el hotel de concentración se había dormido tras el segundo gol de Peters para reposar, pensando en que el juego estaba definido, pero cuando regresaron de sus compañeros, Booby Moore le dio el resultado final ante la sorpresa de Banks.

Durante el duelo de cuartos de final en el Azteca entre Uruguay y la Unión Soviética, durante la ceremonia de los himnos y tras haber sido interpretado el himno soviético, el himno de Uruguay fue interpretado en su versión larga, mientras eso sucedió los soviéticos en algún momento creyeron que había terminado el himno y rompieron fila pero al darse cuenta que el himno continuaba, un par de jugadores soviéticos tuvieron que quedarse quietos en el centro de la cancha mientras acababa el himno en una curiosa anécdota.

Tras el 0-0 en el tiempo regular y a 3 minutos de terminar el tiempo extra, Víctor Espárrago anotó un gol polémico dado que parecía que antes del centro que rematara el uruguayo el balón había salido, pero el gol se mantuvo.

Así las cosas, a las semifinales llegaban, por primera vez, cuatro equipos que habían sido anteriormente campeones del mundo: Brasil, Uruguay, Alemania e Italia.

Y cosas del destino, la suerte quiso que Brasil y Uruguay se midieran en una de ellas. No se habían enfrentado desde el Maracanazo. Brasil, la mejor Brasil de siempre, tenía la oportunidad de desquitarse. No era lo mismo, claro; no era una final en casa. Pero una semifinal de un Mundial bien vale la pena. Y Brasil lo hizo.

Costó, eso sí. El síndrome celeste parecía atenazar a los brasileños cuando Cubilla adelantó a los uruguayos. Pero Tostao igualó antes del descanso. En la continuación, como venía siendo habitual, Brasil mejoró considerablemente y Jairzinho ponía en ventaja a su equipo para ser Pelé, en los minutos finales, quien confirmara la merecida presencia de Brasil en la final.

El partido del siglo

Es este un calificativo muy manido ya, pero no es menos cierto que, a tenor de lo vivido, pocos partidos se lo merecen tanto comola semifinal que enfrentó a Alemania e Italia. De lo que no hay duda es de que fue el más emocionante de los que nunca se disputaron en un Mundial de fútbol.

El estadio Azteca era el magnífico escenario. Italia, con gol de Boninsegna, se adelanta en el marcador al poco de arranchar el choque. El resultado se mantiene, los italianos se las prometen muy felices, pero en el último minuto del tiempo reglamentario Schnellinger lleva el partido a la prórroga. Y entonces se desata la locura. Muller pone por delante a los alemanes; Burgnich empata y Gigi Riva adelanta de nuevo a Italia. Descanso. Muller empata de nuevo, y un minuto después Rivera establece el 4-3 definitivo. Cinco goles en apenas media hora de prórroga. Pura esquizofrenia. Italia en la final.

La consagración de Pelécomo «Rey» del fútbol

Y llegamos a la final. Otro paseo para Brasil. Se enfrentaban dos estilos de juego totalmente opuestos: la fantasía brasileña frente al trabajo de equipo italiano. Y venció el espectáculo. Brasil, convencido de sus posibilidades, salió pisando firme. Al poco tiempo Pelé, magistral, había adelantado a los suyos tras un soberbio cabezazo. Explicado así por su defensor, Tarcisio Burgnich: «Saltamos juntos… pero cuando yo estaba en la tierra, él seguía en el aire».

Los brasileños dominaban el juego, pero un fallo de Clodaldo permitió empatar a Boninsegna. Fue sólo un espejismo. En la segunda mitad, Pelé ponía dos balones maravillosos a disposición de Gerson y Jairzinho, quienes, superaron a Albertosi para encarrilar el partido. Ya en el tramo final, Carlos Alberto culminaba una jugada que era una oda al fútbol. Era el 4-1 definitivo.

Fue una gran final. Pero sobre todo la consagración del que ha sido sin duda alguna el mejor futbolista de la historia de los mundiales: Pelé. Así lo definía Burgnich, su marcador en aquella final, poco después del partido: «Yo había pensado para darme ánimo: Pelé es de carne y hueso, como yo. Pero estaba equivocado».

Fuente: sandiegored.com/Foto: youtube.com

 

 

 

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