Mundiales de fútbol: Frecuencia de marcadores en los torneos

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Si hay un evento deportivo importante en el planeta, es el Mundial de Fútbol de la FIFA. Una justa deportiva que cada cuatro años y desde 1930 reúne lo mejor de las mejores selecciones de los cinco continentes y las enfrenta para verdaderas pugnas por la gloria.

Los goles son raros. Eso diferencia al fútbol de otros deportes. En baloncesto, béisbol o incluso hockey sobre hielo las anotaciones son más frecuentes que en el fútbol.

Siendo una rareza, no extraña que el resultado más común en el mundo del fútbol sea el 1-1. Lo es según The Numbers Game para la EPL, la Bundesliga, la Liga Española y el Calcio. También lo es, lo mostramos, para Colombia. En estas ligas el rol del local y el visitante es claro. Es decir, el 1-1 es el resultado más común porque no es lo mismo un 1-0 (victoria de local) que un 0-1 (victoria del visitante).

En los mundiales de fútbol, sin embargo, salvo uno de los participantes, el rol de local y de visitante es más difuso. En una entrada posterior analizaremos la ventaja que puede haber entre jugar o no en el continente de origen, es decir, de ‘local’. Por ahora centrémonos en revisar cuál es el resultado más frecuente en la historia de los mundiales. La siguiente gráfica ilustra los resultados utilizando todos los partidos jugados entre Uruguay 1930 y Sur África 2010.

El resultado más común no es el 1-1. El marcador más frecuente es la victoria por la mínima (18.8% de los partidos). El 1-1 apenas es el cuarto resultado más común (9.8%). Quizá por ello el primer 1-1 no se dio hasta el famoso partido entre Italia y España, ya en Italia 1934, el segundo mundial de la historia. En el primer mundial, el de Uruguay 1930, en cambio ya el 1-0 fue el resultado más común.

La victoria por 2-1 (14.5%) y 2-0 (11%) son, después del 1-0, el resultado más frecuente en la historia de los mundiales. El 0-0, ese marcador triste que suele ser indició de un partido feo, es el cuarto resultado más común. El primer empate sin goles no se registró hasta el 11 de junio de 1958. Curioso, aquel partido enfrentó a dos de los equipos que históricamente se han caracterizado por la poca tacañería en su juego: Inglaterra y Brasil.

Las resultados menos frecuentes son, por supuesto, los más abundantes en goles. El que más recuerdo es el 10-1 que Hungría le endosó a El Salvador en 1982. Aquel día jugó el ‘Mágico’ González. Pero ni él, con su infinita calidad, pudo evitar el mayor desastre de los mundiales.

El 8-3 corresponde a la goleada que Hungría, la inolvidable selección liderada por Puskas endosó a la República Federal Alemana en la primera ronda del Mundial de Suiza 1954.

La historia sugiere que el equipo germano prefería perder ese partido. La derrota frente a Hungría obligó a los germanos a jugar un partido de desempate frente a Turquía. El marcador también es único en la historia de los mundiales: 7-2 en contra de la selección otomana. La predicción del ‘Zorro” Herberger, entrenador teutón, se cumplía a la perfección. Perder con Hungría mandaba a los ‘magiares’ a luchar en cuartos y semifinales contra dos potencias suramericanas: Brasil y Uruguay.

Alemania, mientras tanto, tendría que enfrentarse en semifinales al vencedor del partido de cuartos de final entre Austria y Suiza.

En aquel partido Austria destrozó el cerrojo que Karl Rappan, precursor del catenaccio, había impuesto en la selección Suiza: 7-5 ganó el equipo centroeuropeo. Famosa es la anécdota del ‘Zorro” Herberger quien argumentó que “si Suiza le marcó cinco a los austriacos, nosotros tenemos que marcarles seis”. Cumplió. Alemania ganó la semifinal de aquel torneo 6-1.

El 6-5 se marcó en la primera ronda del Mundial de Francia 1938.

Aquel día, tras empatar 4-4 en el tiempo reglamentario, Brasil derrotó a Polonia con tres goles, incluyendo el quinto y el sexto, de Leónidas, conocido como el ‘Diamante Negro’. Uno, incluso, lo marcó descalzo.

En Suecia 1958, Just Fontaine, camino de su aún vigente récord, 13 goles anotados en un sólo mundial, le marcó tres goles a Paraguay. El 2-2 del primer tiempo fui insuficiente para los sudamericanos que se vieron arrasados en el segundo tiempo hasta llegar a la cifra de siete goles en contra. Los tres tantos guaraníes no compensan una de las mayores derrotas de los mundiales.

El día que en Inglaterra ’66 Portugal perdía 3-0 en cuartos de final, Alfredo Di Stéfano se levantó y apostó a favor de los portugueses: “¿Nadie quiere jugar a favor de un equipo que gana tres a cero?”

El crack argentino sabía que Corea del Norte, equipo correoso, no podía jugar de otra forma. Si en el minuto 24 ganaba 3-0, en el 42 la ventaja ya no era más que de un gol. En el segundo tiempo, el gran Eusebio marcó dos goles adicionales que, sumados al de Augusto, sentenciaron el histórico 5-3 definitivo.

El mundial de 2014 será seguro de 1-0’s, 2-1’s, 2-0’s y 1-1’s. Como lo han sido todos los mundiales. Pero estemos atentos. Alguna goleada habrá. En 2002, Alemania aplastó 8-0 a Arabia Saudita, en 2006 Argentina a Serbia y Montenegro 6-0 y en 2010 Portugal a Corea del Norte 7-0.

La televisión del hermético país asiático, entusiasmados por el brillante desempeño de su selección en su primera presentación frente a Brasil (perdieron apenas 2-1) decidieron obviar su política de transmitir el partido en diferido.

Su segundo partido, contra Portugal, se transmitiría en riguroso directo. El primer tiempo apenas perdían 1-0. La debacle llegó en el segundo. Dicen las crónicas que gol tras gol el locutor perdía fuerza. Defender al “Querido Líder” se tornaba imposible ante semejante goleada. Al final, el locutor silenció totalmente y, seguramente, sólo las vuvuzelas pudieron escuchar los televidentes en Corea del Norte.

Fuente: golyfutbol.com

 

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