Muñoz sobre ‘La Casa de Todos’: Hay gente que hace años no dormía en una cama

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La histórica plaza de toros de Acho, un monumento nacional peruano que es además el coso más antiguo de América, se ha convertido en estos días en el principal refugio contra el COVID-19 de Lima para acoger a la población en situación de calle.

«La Casa de Todos», como ha sido bautizado el complejo de residencia, atención médica y alimentación instalado sobre la arena que vio torear a figuras como Juan Belmonte, Manolete o, más recientemente, al limeño Andrés Roca Rey, acoge a más de un centenar de personas que no tenían opciones para cumplir con el confinamiento obligatorio decretado por las autoridades.

«Nosotros tenemos una alta población de ciudadanos en situación de calle, unos de los que más sufren la cuarentena y el cierre de locales, y tenemos el virus que, dada su movilidad, pueden contraer y trasladar fácilmente. Por eso, conversando con la Sociedad de Beneficencia, que es la propietaria del coso, se nos ocurrió usar la plaza como recurso», explicó a Efe el alcalde de Lima, Jorge Muñoz.

En pocos días, con el apoyo de diversas instituciones además de la Municipalidad y la Sociedad de Beneficencia, se pudo montar un albergue que ya se encuentra casi al tope de su capacidad para 122 personas, un número que hubiera sido mayor de no ser precisamente por las exigencias de distanciamiento social y espacio ventilado que se requieren para evitar la propagación del COVID-19.

«Aquellos que vienen pasan por un triaje, evaluación social, se les asea, reciben ropa, una prueba de descarte rápido del virus y se les da espacio para dormir, además de tres comidas diarias y programas de actividades», apuntó el alcalde, quien también destacó «la asistencia psicológica», clave para gente «que vive con mucho estrés el estar confinada».

BUENA RECEPCIÓN

Desde su instalación, la iniciativa ha tenido mucho éxito y se ha convertido en uno de los símbolos de la crisis del COVID-19 en Perú, que se encuentra en Estado de Emergencia desde mediados de marzo, bajo toque de queda y con la ciudadanía confinada en sus hogares.

Tan solo una asociación de aficionados taurinos «que además está lejos del grupo mayoritario de aficionados» expresó su queja por el uso de un monumento nacional para albergar a los desamparados.

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«Más allá de eso, que es anécdota, la sociedad lo ha tomado muy bien, es algo que nos pone bien, ver que las personas nos importan más que cualquier otra cosa», añadió Muñoz.

De momento, y al menos hasta el 12 de abril, cuando está anunciado que terminará el confinamiento obligatorio, el refugio se mantendrá gracias al «esfuerzo doble de la Municipalidad y la Sociedad de Beneficiencia», además de donaciones particulares.

«Por ejemplo, hay un grupo de cocineros de primer nivel que están entregando su tiempo cocinando para estas personas, hay gente que nos dona ropa… Las camas son las que se usaron para los Panamericanos de Lima 2019… Hay un concurso de la sociedad para sostener esto», indicó el alcalde.

En ese sentido, adelantó que ya se está pensando en hacer «una Casa de Todos» para el futuro, un albergue que ahora no existe en Lima y que permita que estas personas no se queden en la calle.

«Los residentes no están acostumbrados a esto, pero están muy agradecidos. Hay gente que hacía seis años que no dormía en una cama», concluyó.

EFE/ Fotos Andina

 

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