JERUSALÉN/Israel.- El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha señalado que no prevé anticipar las elecciones por las investigaciones sobre él, tras conocerse la pasada semana que es considerado formalmente sospechoso de fraude, soborno y ruptura de la confianza, informó hoy la radio estatal israelí Kan.
En conversación a puerta cerrada con un grupo de destacados ministros y diputados, el jefe de Gobierno desechó la posibilidad de anticipar los comicios, que deberían celebrarse en marzo de 2019, y negó que se encuentre en una situación problemática, señaló la emisora.
«No entiendo que quieren de mí. No tengo motivo para estar asustado y no creo que tenga un problema», aseguró Netanyahu al grupo, según esta fuente.
«Hablan de recibir sobornos y romper la confianza en el Caso 2000. ¿Sobornos en el Caso 2000? Cuarenta diputados votaron una ley para cerrar el Israel Hayom (diario gratuito, financiado por el millonario judío Sheldon Adelson y que apoya sus políticas), ¿pero hablan sobre mí y sobornos y ruptura de confianza? ¿Quién promovió esta ley?, ¿les van a investigar a ellos?», afirmó.
Se refiere a las sospechas del denominado Caso 2000, en el que se le investiga por un supuesto intento de pactar con Arnon Mozes, editor del diario Yedioth Ahronoth, para obtener cobertura favorable.
El Tribunal Supremo israelí dio el visto bueno a una sentencia anterior que obliga a Netanyahu a revelar las fechas y horas de sus conversaciones con Adelson y con el editor del Israel Hayom, Amos Regev, información solicitada por un periodista para ver si hay relación entre esas llamadas y el contenido del diario, el de mayor difusión del país, y que su oficina se negó a dar alegando que violaba su privacidad.
El primer ministro también es considerado sospechoso en el Caso 1000, por un presunto trato a favor por parte de Netanyahu al empresario y productor de Hollywood Arnon Milchan a cambio de caros y lujosos regalos para él y su esposa.
Una jueza israelí impuso la semana pasada censura informativa sobre aspectos de estos dos casos, y en concreto sobre las negociaciones de la Fiscalía para que el exjefe de oficina de Netanyahu y hombre de confianza, Ari Harow, se convierta en testigo del Estado.
La esposa del jefe de Gobierno, Sara Netanyahu, también está siendo investigada y está implicada en cuatro casos en los que supuestamente pagó con fondos públicos gastos de la residencia oficial que deben ser abonados de forma privada.
El canal de televisión 2 israelí aseguró ayer que la Fiscalía ha decidido imputarla (un año después de que la Policía lo recomendara), pero el Ministerio de Justicia se apresuró a precisar que la investigación sigue abierta y «aún no se ha tomado ninguna decisión».
Los medios israelíes se hacen eco esta semana de la delicada situación en que se encuentra Netanyahu y son muchos los que consideran que podría tener lugar próximamente una imputación que le llevase a dimitir y ser reemplazado en el cargo por alguien de su partido o a convocar elecciones.
EFE/Foto: timesofisrael.com