ABUYA/Nigeria.- A última hora la Comisión Nacional Electoral decidió postergar una semana los comicios que debían realizarse este sábado, aduciendo «problemas logísticos», incrementando la tensión política y las amenazas del grupo terrorista Boko Haram.
El país más poblado y con la economía más grande del continente africano , se encuentra en la disyuntiva de elegir Muhammadu Buhari, un militar con pasado golpista, quien busca un segundo mandato ante Atiku Abubakar, un cuestionado empresario.
Para garantizar la celebración de elecciones libres, justas y creíbles, no es factible seguir con el proceso tal y como estaba programado», dijo Mahmood Yakubu, presidente de la Coimisión Electoral Nacional en un enigmático mensaje.
Faltaban cinco horas para la apertura de los centros de votación cuando, en la madrugada de este sábado, se anunció sorpresivamente la suspensión de los comicios por una semana. «
Por el momento, se limitó a alegar problemas logísticos, pero sin dar más detalles. Lo cierto es que tres establecimientos de votación fueron quemados, y la oposición denunció que en numerosos estados no habían recibido las papeletas para sufragar.
Las elecciones fueron reprogramadas para el sábado 23 de febrero, a pesar de las quejas de los dos competidores principales: el presidente Muhammadu Buhari, que gobierna desde 2015, y el opositor Atiku Abubakar.
El 31 de diciembre de 1983, mientras los nigerianos que podían celebraban el fin de año, el mayor general Muhammadu Buhari lideró un golpe de Estado. El presidente Shehu Shagari fue derrocado y la Segunda República, que había sido fundada cuatro años antes, quedó sepultada.
Ese mismo día, Buhari se autoproclamó jefe de Estado e inició una sucesión ininterrumpida de regímenes militares, que se extendería 16 años.
Tras 20 meses de un gobierno caracterizado por severos problemas económicos y una campaña de arrestos masivos en nombre de la lucha contra la corrupción, fue depuesto por otro alzamiento militar.
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Pasó más de tres años en la cárcel y, al ser liberado, se retiró temporalmente de la vida pública.
En 1999 regresó la democracia a Nigeria, y el ex dictador consideró que era el momento de volver a la cúspide del poder político. Sólo que ya no sería a través de las armas, sino del voto popular. «Soy un demócrata reformado», aseguró entonces. (ECHA- Agencias)