La clasificación peruana a octavos de final de la Copa América dejó abierta la búsqueda para encontrar los puntos altos del equipo, deficiencias detectadas y ausencias notables.
En parte este nuevo acceso sabe a Fetuccini al pesto cremoso con el aporte de Gianluca Lapadula y el sazonador enjundioso de André Carrillo, soportes principales del equipo de Ricardo Gareca.
Lapadula aportó lo suyo sin siquiera sospecharse que el hijo de doña Blanca Aída Vargas fuera pieza clave en la sorprendente campaña peruana que empezó en medio del desastre ante Brasil y en una levantada épica para meterse a cuartos de final como segundo, detrás del Scratch.
En mérito de reconocimiento primario Lapadula atrae los reflectores por su gol a Ecuador y la asistencia a Carrillo pero al margen de ello el espacio que se hizo la ‘Culebra’ merece reverencia aparte.
Es Perú el foco de atención por ser otra vez protagonista de haber clasificado a cuartos de final, situación que repite desde el 1997 en la Copa América de Bolivia y ya son once veces en que la bicolor tiene acceso a esta instancia.
En la Copa América de Chile (2015) Perú alcanzó el tercer puesto, en la Copa América Centenario de Estados Unidos la bicolor se instaló en cuartos de final y la Copa América 2019 alcanzamos el subtítulo.
En esta ocasión la selección peruana se ha remozado, hay otras caras como Lapadula, Santiago Ormeño y promisorias figuras como Alex Valera, Lora, Raziel García e Iberico.
Ya estamos en cuartos de final y ¿Qué es lo que apunta Perú para el futuro cercano? De hecho que la idea es seguir avanzando con la diferencia es que tenemos un buen remanente de jugadores con pretensiones de llegar lo más lejos posible.
El tubo de ensayo del permite a Gareca encontrar un equipo capaz de no extrañar a Paolo Guerrero, Raúl Ruidíaz, ‘Orejas’ Flores y Paolo Hurtado que no están descartados pero por ahora, tenemos equipo. (Hugo Laredo Medina).
Foto EFE