A la llegada de los conquistadores españoles en 1532 al Perú, Francisco Pizarro contaba en sus tropas a algunos capitanes españoles que habían conquistado México entre ellos a Alonso de Alvarado a quien le encargó explorar, conquistar y fundar ciudades en nombre del reino español y fue quien se dirigió hacia la Amazonia.
En 1535 arribó a Chachapoyas por primera vez y en tres expediciones posteriores llegó hasta Moyobamba y también hasta los Motilones, región que se encuentra entre la frontera de Colombia y Venezuela. Luego de varias visitas funda Chachapoyas como ciudad el 5 de setiembre de 1538, es decir hace 486 años bajo el nombre de San Juan de la Frontera de Chachapoyas. Los Chachapoyas ya existían en toda la región como una nación y cultura preinca, eran conocidos como los “Guerreros de los cielos” o los “Guerreros de las nubes” porque sus fortalezas y construcción de viviendas siempre estuvieron en lo más alto de las colinas y montañas, por ello son conocidos sus impresionantes construcciones de piedra en edificaciones como la Fortaleza de Kuelap, que se encuentra en lo alto de una montaña y es un testimonio de su avanzado conocimiento en arquitectura y defensa. A lo largo de los siglos, Chachapoyas ha conservado su rica herencia cultural, que se refleja en sus tradiciones, festividades y en la arquitectura colonial que aún se conserva en la ciudad.
Chachapoyas tiene una gran biodiversidad, con paisajes que van desde montañas y bosques nubosos hasta profundas quebradas. Este entorno natural, junto con su patrimonio histórico, convierte a Chachapoyas en un destino turístico destacado en el Perú, atrayendo a visitantes interesados en la historia, la cultura y la naturaleza.
Para llegar a Chachapoyas desde Lima, se tienen varias alternativas, una de ellas es por tierra con una duración de 21 horas, aproximadamente, pasar por toda la Panamericana Norte hasta Chiclayo en Lambayeque, luego por la carretera hacia Motupe empalmando hacia la carretera Fernando Belaunde con dirección el abra de Porcuya, a partir de ella bajar hacia Pucará, Samanca, Cabramayo, Corral quemado y Bagua Grande, luego el tramo final por Jamalca, Pedro Ruiz, Cocachimba y Chachapoyas. La otra alternativa es conseguir un vuelo de Lima a Chiclayo y luego tomar el transporte terrestre con una duración de 9 horas aproximadamente.
En la ciudad de Chachapoyas, capital de la región Amazonas observamos su Plaza de Armas con una inclinación extraordinaria porque se encuentra en el relieve del cerro Puma Urcu (frontal de la cabeza de puma). Se encuentra a 2.483 metros sobre el nivel del mar cerca del rio Utcubamba, su clima es frio con temperaturas promedio de 16 a 19 grados centígrados en el día y de 6 a 10 grados centígrados en la noche cuyos meses de junio, julio y agosto son los meses de mayor frio y de noviembre a marzo son los meses cálidos. Su producción agrícola y ganadera complementa la creciente industria turística que parte en la Plaza de Armas con una pileta colonial hecha de bronce, sus calles coloniales y estrechas nos muestra la riqueza de sus construcciones que guardan relación entre la colonia y la modernidad. La antigua Iglesia de San Ana donde se observa vestigios de la cultura Chachapoyas, ahora convertido en museo que nos muestra parte de la historia de Chachapoyas. En la misma Plaza de Armas se encuentra la iglesia Matriz Basílica de San Juan Bautista con estilo colonial y detalles de la cultura Chachapoyas y en una esquina frente a la iglesia matriz entre las calles Ayacucho y Ortíz se ubica el Arzobispado lugar donde fue la casa del precursor Toribio Rodríguez de Mendoza, un centro de visita turística donde se guardan diferentes elementos de la vida del prócer de la independencia.
Saliendo por las calles de la parte posterior a la iglesia matriz y en subida hacia la colina se encuentra la iglesia del Señor de Burgos, una de las iglesias más antiguas de Chachapoyas en el barrio de La Laguna, su edificación es de barro y calicanto y ha resistido a más de tres terremotos. Seguimos por el camino y las calles cercanas para tomar la carretera hacia el pueblo de Levanto a unos 40 minutos de la ciudad y observamos un pintoresco lugar lleno de historia prehispánica, lugar donde se asentaron los Sachapuyos y resistieron a la conquista de los Incas cuyos vestigios dejados por los pobladores fueron convertidos por el tiempo en ruinas arqueológicas como el Yálape que tiene frisos geométricos y una edificación circular, se observa además un canal de irrigación inca denominado Ashpachaca. Se dice que este fue el lugar primigenio de la fundación de San Juan de la Frontera de Chachapoyas y que luego de seis años se ubica en lo que es hoy la ciudad de Chachapoyas.
El lugar más importante para visitar Chachapoyas está a 70 kilómetros de la ciudad, la gran Fortaleza de Kuelap, cuya impresionante construcción preincaica de torreones y complejas habitaciones hechas de piedra que servía como centro militar, ceremonial y de vivienda para los sachapuyos. Por el camino opuesto hacia Levanto, nos dirigimos hacia los miradores de la Catarata de Gocta que es una de las 17 cataratas más extensas del mundo, su extensión es de 771 metros de caída y su impresionante aspecto motiva a visitarla, de ella se extraen diferentes leyendas como la sirena que cuida unas vasijas de oro o de acosadora de hombres para desaparecerlos en las profundidades de la catarata o de las deslumbrantes rocas que se encuentran detrás de la catarata, en fin, leyendas que no dejan de ser curiosas para los viajeros y expedicionarios.
Llama la atención los Sarcófagos de Karajía, de una altura de 2 metros y medio enterrados entre las montañas más altas del distrito de Luyas se complementa con el mirador del pueblo de muertos que son edificaciones dentro de las montañas donde se dejaron a los antiguos guerreros y autoridades de chachapoyas y permanecieron en el tiempo convertidos en momias, se observa además muy cercano la Laguna de los cóndores, las cavernas de Quiocta, el cañon del Sonche y el mirador de Luya Urco para apreciar la ciudad en su integridad.
Nos vamos contentos de haber disfrutado esta impresionante ciudad de historia prehispánica, colonial y moderna que a lo largo del tiempo conserva sus tradiciones, por el tiempo hemos podido saborear unas cecinas con tacacho preparado con carne seca de cerdo y ahumada (cecina), acompañada por una bola hecha a base de plátano verde frito y aplastado, mezclado con manteca y trocitos de chicharrón. Por la mañana unas deliciosas humitas preparados con maíz tierno molido, las saladas estaban rellenas de queso fresco o carne, y las humitas dulces con pasas y chancaca, ambas envueltas en panca de maíz. El juane no se dejó esperar, preparado con yuca rellena con carne de gallina o pollo, aceitunas, huevo duro y especias, envueltas en hojas de bijao. Para diferenciar la tradición amazónica probamos una sopa cazuela de gallina con papas, arroz, choclo (maíz), yuca, y plátano, un verdadero reconfortante para el clima fresco de la sierra amazónica de Chachapoyas, acompañamos con un Purtumute que es un guiso a base de frijoles y maíz, acompañado por carne de cerdo o res, según nos cuentan es un plato tradicional que se prepara para las fiestas costumbristas de la zona. Volveremos a visitar Chachapoyas porque así es mi tierra, así es el Perú (Manuel Gonzales Durán).