El Día del Cajón Peruano se celebra este 2 de agosto y una de las formas de manifestación conjunta es en Cañete, provincia de Lima que se encuentra al sur, cuya capital es el distrito de San Vicente, de los 16 distritos de la provincia.
Los días y las noches se vuelven festivas por la gran cantidad de melodías y acompañamientos que se realiza con el cajón peruano para luego presentarse en la Plaza de Armas en una gran cajoneada desde las 2 de la tarde hasta las 5:00 p.m. con un cierre de fiesta donde el vino, la cachina, el pisco y las comidas típicas de la zona como el manchapecho, la carapulcra, el chupe de camarones y los tamales cañetanos son parte del almuerzo festivo por estos días.
El cajón peruano fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación el 2014 y por ello es obligación nuestra: protegerlo, conservarlo y difundirlo. Muchos disfrutamos de su sonido y alegría cuando escuchamos o bailamos un landó, un festejo, una marinera y algunas veces acompañando huaynos, mulizas y otros géneros como el flamenco, el jazz y la música afrolatincaribeña que bien se acomoda como instrumento de percusión. El cajón peruano también fue declarado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) como “Instrumento del Perú para las Américas” otorgándole un reconocimiento continental de gran valía en la cultura popular de los pueblos hispanoamericana.
Algunos historiadores sostienen que la aparición del cajón peruano se produce en los campos agrícolas de la costa, en tiempos de los esclavos que fueron traídos de África y que tuvieron prohibición de utilizar sus tambores traídos consigo o elaborados aquí, en nuestro territorio, para sus celebraciones y a fin de reemplazar los tambores, construyeron cajones abiertos o cerrados que luego establecieron el círculo abierto en la parte posterior.
La práctica del cajón peruano se extiende en toda la costa peruana y para las celebraciones se concentra en Cañete, un valle cuyo clima es propicio para la agricultura y producción de caña de azúcar. Siempre presenta un ambiente turístico y de gran gastronomía por su clima y sembríos durante todo el año. Aquí la danza y la música afroperuana tiene especial renombre por el legado artístico que dejó Caitro Soto y el grupo Perú Negro, la recopilación de danzas ancestrales, además de valses, festejos y el tradicional zapateo que acompañan siempre las reuniones familiares o celebraciones patronales.
Visitar Cañete es recorrer los pueblos de Zúñiga, Pacarán, Nuevo Imperial y Lunahuaná para observar y practicar los deportes de aventura. Recorrer el Castillo Unanue, la casa hacienda Montalván, las ruinas de Ungara, la casa hacienda Arona o el llamado Cerro de Oro donde las arquitecturas de las diferentes épocas de la historia peruana dejaron huella con estas construcciones que aún se mantienen. Es también pasar previamente por los baños medicinales de Chilca o la iglesia matriz Santiago Apóstol de Lunahuaná, las ruinas de Incahuasi y el camino Inca que permite practicar treking con vista de valles, ríos y atractivos motivos paisajísticos.
Cañete es un lugar recomendado para pasar un buen fin de semana o cualquier época del año por su clima especial y además está muy cerca de Lima a unos 111 kilómetros y a solo tres horas de viaje por carretera.
Salimos de Cañete para dirigirnos por la Vía Los Libertadores y llegar a otro destino que tendrá lugar las celebraciones por la fundación española. Les cuento en nuestro próximo viaje por Así es mi tierra… así es mi Perú (MGD).
Fotos Andina