WASHINGTON.- El atropello masivo perpetrado en Nueva Orleans por un antiguo miembro de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ha llevado a las autoridades a investigar el posible papel del grupo terrorista Estado Islámico, una organización integrista suní por la que el terrorista, Shamsud Din Jabbar, había mostrado al menos simpatías antes de embestir con su vehículo a decenas de personas que celebraban el cambio de año en plena calle.
Las autoridades concluyeron ya desde poco después del atropello que fue un ataque intencionado, algo que terminaron de confirmar con un primer registro del vehículo. Según el FBI, en el interior localizaron una bandera de Estado Islámico, así como otras armas y potenciales artefactos explosivos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, también ha confirmado que Jabbar había publicado vídeos en los que se decía «inspirado» por Estado Islámico, un grupo que pese a no contar ya con el ‘califato’ que autoproclamó hace más de diez años en amplias zonas de Irak y Siria sigue representando una amenaza de primer orden tanto en Oriente Próximo como fuera de esta región.
Las principales agencias de Estados Unidos, de hecho, han reconocido públicamente los riesgos derivados de miembros o simpatizantes de Estado Islámico y han apuntado en particular a la especial amenaza de filiales como Estado Islámico Provincia de Jorasán (ISKP), con presencia en Afganistán y que reivindicó en marzo de 2023 un atentado con más de 60 fallecidos en un auditorio de Moscú. Temen también que pueda resurgir en Siria, aprovechando la caída del régimen de Bashar al Assad.
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La organización no ha reivindicado formalmente el ataque de Nueva Orleans, aunque sus seguidores sí lo han celebrado en diversos canales, como apunta el Soufan Center, especializado en información sobre terrorismo. Este ‘think tank’ recuerda que otros atentados previos en países occidentales no fueron obra directa de Estado Islámico, sino de individuos que comulgan con su línea integrista y de los que el grupo fundado por Abu Bakr al Baghdadi trata de sacar rédito propagandístico ‘a posteriori’.
A falta de conocer en detalle el trasfondo del atentado de Nueva Orleans, uno de los expertos del Soufan Center, Colin Clarke, admite en declaraciones a NBC News que el ataque «simplemente confirma lo que gran parte de la comunidad antiterrorista ha dicho en el último año», que «Estado Islámico es una amenaza persistente y que no va a desaparecer sin más».
El director de Seguridad Internacional de la Fundación Asia-Pacífico, Sajjan M. Gohel, ha reconocido en declaraciones a CNN que el atentado de Nueva Orleans encaja en gran parte con la simbología y el ‘modus operandi’ de Estado Islámico, entre otras cosas porque el responsable buscó causar un número masivo de víctimas –primero con el atropello y luego a tiros– a sabiendas de que, como finalmente ocurrió, podía perder la vida abatido por las fuerzas de seguridad.
«El reto ahora para el FBI es determinar si estaba inspirado o dirigido por Estado Islámico», añade. El FBI ha pedido la colaboración ciudadana para tratar de despejar ésta y otras incógnitas, como si Jabbar contó con algún tipo de ayuda dentro o fuera de Estados Unidos para perpetrar un ataque que, como apunta Gohel, parecía haber organizado de antemano.
Europa Press