Obama defiende su asistencia al béisbol tras atentados de Bruselas

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WASHINGTON.- El presidente estadounidense, Barack Obama, defendió su asistencia a un partido de béisbol en La Habana después de los atentados de Bruselas de hoy porque, dijo, que de otro modo estaría siguiendo el dictado de los terroristas.

«Siempre es un reto cuando ha ocurrido un atentado terrorista en cualquier parte del mundo (…) Quieres ser respetuoso y entender la gravedad de la situación pero toda la base del terrorismo se sustenta en el intento de alterar la vida normal de la gente», señaló Obama a la cadena de televisión estadounidense ESPN mientras veía el partido entre la selección cubana y los Rays de Tampa Bay.

En este sentido, rememoró el momento en que el pelotero dominicano David Ortiz, de los Medias Rojas de Boston, afirmó en televisión antes de un partido tras los atentados del maratón de Boston de 2013: «Nadie nos va a dictar nuestra libertad. Sean fuertes».

«Ese es el tipo de resistencia y de fortaleza que debemos continuar mostrando frente a estos terroristas. Ellos no pueden derrotar a EEUU», subrayó Obama.

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El mandatario explicó así su decisión ante los llamados de varios aspirantes a la candidatura presidencial republicana, como el gobernador de Ohio John Kasich y el senador Ted Cruz, de que debería haber regresado inmediatamente a EEUU tras conocer la gravedad de los atentados de Bélgica, cuya autoría asumió la agrupación yihadista Estado Islámico (EI).

Obama vio el partido amistoso de béisbol entre la selección de Cuba y los Rays de Tampa Bay junto a su esposa, Michelle, y el presidente cubano, Raúl Castro, en el final de su histórica visita a la isla caribeña, la primera en más de ocho décadas de un gobernante estadounidense a la isla.

Tanto Obama como Castro se unieron al minuto de silencio realizado en el Estadio Latinoamericano de La Habana al inicio del partido, en recuerdo a las víctimas de los atentados de Bruselas.

De izquierda a derecha,obama beisbol-3           Michelle Obama, Barack Obama y  Raúl Castro en el estadio Latinoamericano en La Habana (Cuba). EFE/Michael Reynolds

 

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