ATENAS.- «No me siento responsable de lo que dice o hace el presidente electo, Donald Trump, pero sí de que durante la transición le presente mis mejores ideas para sacar el país adelante», dijo el saliente presidente de EEUU, Barack Obama, en la capital griega al iniciar su última gira.
De esa manera, volvió a tomar distancia con la elección de su sucesor al frente del Ejecutivo, aunque cuidándose de pronunciarse sobre las medidas políticas de la nueva administración que lo sucederá en la Casa Blanca.
Asimismo destacó que nunca se disculpara “ por decir que el futuro de la humanidad estará definido por lo que nosotros tenemos en común y no por lo que nos separa y que nos lleva al final al conflicto».
En declaraciones junto al primer ministro Alexis Tsipras, el mandatario saliente advirtió que se debe vigilar el aumento de una especie de nacionalismo burdo o de identidad étnica o de tribalismo ¡que se construye alrededor de un ‘nosotros’ y un ‘ellos'».
Obama abogó por una Europa «fuerte, próspera y unida» y agregó que «no es solamente positivo para los pueblos de Europa, lo es también para el mundo y para Estados Unidos».
Es «importante» en «este último viaje al extranjero visitar la cuna de la democracia», agregó el mandatario que permanecerá en Grecia hasta el miércoles.
Tal como lo había adelantado la Casa Blanca, Obama se refirió al plan de rescate del país griego. «Seguiré subrayando que, en nuestra opinión, la austeridad por sí sola no puede aportar prosperidad», repuso.
Obama también se refirió a la crisis migratoria y elogió la «extraordinaria compasión» de los griegos con los miles de refugiados que llegan al país. «Quiero dar las gracias a los griegos por su respuesta humanitaria», expresó.
En 2015 cerca de un millón de migrantes y refugiados, una cifra récord, llegaron a las islas griegas del Egeo procedentes de las costas turcas en un intento desesperado por huir de la guerra y el hambre en sus países de origen
Pese a problemas financieros por la crisis de la deuda, Grecia otorga una importante ayuda humanitaria a los cerca de 60.000 migrantes que siguen en el país desde marzo, mientras que otros países europeos cerraron sus fronteras. (ECHA- Agencias)