La tasa de informalidad laboral en América Latina y el Caribe llega al 53 %, lo que indica que hay cerca de 140 millones de trabajadores en esas condiciones en la región, según un estudio difundido hoy en Lima por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La oficina regional del organismo señaló que su estudio «revisa en detalle» los logros en formalización del empleo con el objetivo de orientar futuras acciones para hacer más eficiente la lucha contra la informalidad.
El documento sobre «Políticas de formalización en América Latina y el Caribe» reúne evidencias sobre políticas y estrategias de formalización para identificar los resultados y las limitaciones que ha registrado la transición a la formalidad en la región.
En ese sentido, plantea «la necesidad de repensar las políticas de formalización y aplicarlas en el marco de enfoques integrados sostenibles en el tiempo», además de abordar los cambios que registra el mundo del trabajo en las formas de producción y empleo incluyendo las nuevas formas de informalidad.
«En general se encuentra que los impactos del crecimiento y de los cambios en la estructura económica sobre la formalización tienden a ser mayores que los de las intervenciones institucionales», comentó el director de la OIT para América Latina y el Caribe, José Salazar-Xirinachs.
El representante, quien es coeditor del estudio, agregó que «los mejores resultados provienen de experiencias donde se combinan crecimientos y transformaciones económicas aceleradas con intervenciones institucionales y de política integradas».
Al referirse a los cerca de 140 millones de trabajadores en la informalidad, remarcó que estos «no están cubiertos por la legislación laboral, ni por la seguridad social».
«Muchos están expuestos a condiciones de trabajo inseguras, sus oportunidades de formación son casi inexistentes, sus ingresos suelen ser irregulares y más bajos, las jornadas laborales son más extensas», indicó.
El estudio destaca que la experiencia de formalización que se produjo entre 2005 y 2015 se produjo en un contexto de crecimiento sostenido en la región, que en algunos casos estuvo sumado a múltiples intervenciones de política, y permitió mejorar las condiciones laborales de unos 39 millones de trabajadores.
Alertó, sin embargo, que en un contexto de crecimiento menor, como el de los últimos años, la formalización requiere de estrategias más focalizadas e integradas en la región.
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«Los resultados más alentadores se han dado allí donde ha habido múltiples iniciativas, que en la práctica se fueron aglutinando progresivamente, y donde se sostuvo esta visión de políticas en el tiempo, incluso más de una década», acotó el especialista en empleo de la OIT Juan Chacaltana.
El experto sostuvo que los encargados de la políticas de empleo enfrentan en la informalidad «un fenómeno complejo, heterogéneo y multidimensional».
Por ese motivo, la publicación de la OIT plantea que el primer desafío para los países de la región es «contar con enfoques integrados sostenidos en el tiempo, en vez de realizar esfuerzos aislados que resultan pequeños y de corta duración».
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Señala, en segundo lugar, es «esencial ir más allá del mercado de trabajo para apuntar hacia el logro de un crecimiento más robusto», y sugiere que las políticas de desarrollo productivo son «un mecanismo para apuntar hacia un crecimiento más alto, sostenido, inclusivo» y más efectivo en la generación de empleos formales.
Finalmente, remarca que «hay que encontrar mecanismos para abordar las nuevas formas de producción y de empleo, lo cual incluye actuar contra las nuevas formas de informalidad que se pueden detectar en los mercados laborales».
EFE/Foto EFE