GINEBRA.- Uno de cada cinco jóvenes latinoamericanos (19,1 %) ni estudia ni está en formación profesional ni trabaja y constituyen la categoría conocida como ninis, según estadísticas divulgadas hoy por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su informe sobre las tendencias globales del Empleo Juvenil.
Aunque elevado, ese porcentaje representa una ligera disminución frente al 19,7 % estimado en 2012, y «se traduce en decenas de miles de jóvenes que han dejado de ser ninis gracias, sobre todo, a políticas de promoción del empleo», dijo a Efe el economista de la OIT, Marcelo Cuautle Segovia.
«Entre los ninis siempre son las mujeres las que presentan una tasa mayor, en este caso del 24,3 %, mientras que para los hombres es del 14 %», agregó.
Una de las razones principales de la marcada diferencia entre hombres y mujeres es que, en el caso de las segundas, se observa un declive en su participación en el mercado laboral una vez que tienen hijos.
Por su parte, el desempleo entre los jóvenes latinoamericanos no ha variado desde 2015, cuando la región empezó a experimentar una cierta recuperación tras la crisis económica y financiera global de 2008.
Los jóvenes sin trabajo en esa región representan un 15 %, frente al 13,6 % estimado a nivel mundial.
Sobre las consecuencias que la epidemia de coronavirus puede acarrear en el empleo de los jóvenes en Latinoamérica, Cuautle comentó que, como en el resto del mundo, el impacto se sentirá sobre todo en las industrias que los emplean, como son el turismo y las plataformas digitales para la entrega de comida y el transporte de personas.
«Hasta el momento, no hay muchos casos, pero si el virus se sigue expandiendo se verán efectos similares», advirtió el experto, aludiendo a la contracción económica, como está pasando en países muy afectados.
LOS DESAFÍOS GLOBALES DEL EMPLEO JUVENIL
De manera más general, el informe expone una situación global del empleo juvenil que sigue siendo poco alentadora, con una tasa de participación en el mercado de trabajo que continúa en caída.
La fuerza laboral de los jóvenes entre 15 y 24 años ha aumentado en 100 millones entre 1999 y 2019, hasta un total de 1.300 millones, a pesar de lo cual en el mismo periodo los que participan en ella (empleados y desempleados) han pasado de ser 568 millones a 497 millones.
Si por una parte esta tendencia refleja una creciente matriculación en entidades de educación secundaria y superior, lo que en muchos casos implica una fuerza de trabajo más calificada; por otra parte pone de relieve el gran número de jóvenes ninis en el mundo.
Esta categoría ha aumentado de 259 millones de jóvenes en 2016 a 267 millones, según los últimos datos disponible, con la previsión de que el próximo año serán 6 millones más.
Las mujeres tienen el doble de probabilidades de ser ninis respecto a los hombres.
EL IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA
El informe de la OIT reflexiona también sobre la manera en que el avance de la robótica, la automatización y la inteligencia artificial están transformando los mercados de trabajo y su incidencia para los jóvenes.
«Tanto en los países avanzados como en desarrollo, los jóvenes afrontan un mayor riesgo porque están en ocupaciones cada vez más automatizadas, en comparación con los trabajadores de mayor edad», explicó la jefa de la sección de Políticas de Mercados Laborales de la OIT, Sukti Dasgupta.
También influye el hecho de que los jóvenes están en trabajos más elementales y de inicio de carrera.
«No queremos decir que la tecnología es mala, sino que para el progreso tecnológico se requiere gente con competencias interpersonales, cognitivas y la educación superior está bien, pero las economías no crean empleos al mismo ritmo», concluyó la experta. EFE