BERNA.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó este jueves un nuevo informe que muestra que el gasto público medio per cápita en salud en todos los grupos de ingresos de los países descendió en 2022 respecto a 2021, tras un repunte en los primeros años de la pandemia.
Así lo indica el informe ‘Gasto mundial en salud: saliendo de la pandemia’, que se ha publicado en consonancia con la campaña del Día de la Cobertura Sanitaria Universal (CSU), que se celebra anualmente el 12 de diciembre. El objetivo de la campaña para 2024 es mejorar la protección financiera para que las personas de todo el mundo puedan acceder a los servicios sanitarios que necesitan.
Durante la pandemia de Covid-19 en 2020-2022, el gasto público en salud -principalmente a través de los presupuestos sanitarios gubernamentales- permitió a los sistemas sanitarios responder rápidamente a la emergencia.
Sin embargo, tras aumentar al principio de la pandemia, el gasto sanitario mundial total descendió en 2022 a 9,8 billones de dólares, es decir, el 9,9 por ciento del producto interior bruto (PIB) mundial, lo que supone el primer descenso del gasto sanitario mundial en términos reales desde el 2000. La excepción fueron los países de renta alta, donde la prioridad sanitaria se mantuvo cerca de los niveles de 2021, pero el gasto público general disminuyó.
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En este punto, la OMS señala que el gasto público en salud es crucial para lograr la cobertura sanitaria universal. Su falta de prioridad puede tener consecuencias nefastas en un contexto en el que 4.500 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a servicios básicos de salud y 2.000 millones de personas se enfrentan a dificultades económicas debido a los costes sanitarios, aseguran desde la Organización.
«Aunque el acceso a los servicios sanitarios ha mejorado en todo el mundo, su utilización está llevando a cada vez más personas a la pobreza o a dificultades económicas. El Día de la Cobertura Sanitaria Universal es un recordatorio de que la salud para todos significa que todo el mundo puede acceder a los servicios sanitarios que necesita, sin dificultades económicas», resaltó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
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Para la OMS, proteger a las personas de las dificultades económicas derivadas de los gastos sanitarios es fundamental para lograr la salud para todos. Sin embargo, el informe muestra que el gasto de bolsillo siguió siendo la principal fuente de financiación sanitaria en 30 países de ingresos bajos y medianos bajos. En 20 de estos países, más de la mitad del gasto sanitario total del país lo pagaban los pacientes de su bolsillo, lo que «contribuye al ciclo de pobreza y vulnerabilidad».
No obstante, los retos que plantea la falta de protección financiera de la salud no se limitan a los países de renta baja. El informe revela que incluso en los países de renta alta, los pagos de bolsillo provocan dificultades económicas y necesidades insatisfechas, sobre todo entre los hogares más pobres. Los datos más recientes de las cuentas sanitarias muestran que en más de un tercio de los países de renta alta, más del 20 por ciento del gasto sanitario total se pagaba de bolsillo.
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Por todo ello, la OMS hace un llamamiento a los dirigentes para que hagan de la cobertura sanitaria universal una «prioridad nacional» y «eliminen el empobrecimiento debido a los gastos relacionados con la salud de aquí a 2030».
Entre las estrategias eficaces de la OMS para reforzar la protección financiera figuran la reducción al mínimo o la supresión de las tasas a los usuarios más necesitados, incluidas las personas con bajos ingresos o afecciones crónicas, la adopción de leyes que protejan a las personas de los gastos sanitarios empobrecedores y el establecimiento de mecanismos de financiación sanitaria mediante fondos públicos para cubrir a toda la población.
Europa Press