NUEVA YORK (EEUU).- El secretario general de la ONU, António Guterres (foto), ha reafirmado este viernes su apoyo a la convención internacional que prohíbe la utilización de las bombas de racimo, en respuesta al compromiso adquirido por el Gobierno de Estados Unidos para suministrar este tipo de armamento a las Fuerzas Armadas de Ucrania, en pleno conflicto con Rusia.
El portavoz de Guterres, Farhan Haq, ha recordado en rueda de prensa que Guterres «apoya» la Convención sobre Municiones de Racimo y «quiere que los países cumplan los términos» recogidos en este tratado, adoptado hace 15 años y suscrito por más de un centenar de países. Entre los firmantes no están EEUU ni Ucrania, ni tampoco Rusia.
«Como resultado, por supuesto, (Guterres) no quiere que se sigan utilizando municiones de racimo en el campo de batalla», ha añadido el portavoz.
La Administración de Joe Biden ha confirmado el envío este viernes, alegando que se trata de material preciso y que las fuerzas ucranianas tienen derecho a defenderse de los ataques de las fuerzas rusas. Argumenta, además, que para los civiles supone un riesgo mayor que Rusia pueda seguir ganando territorio, en respuesta a las dudas que suscita este tipo de armamento.
Este modelo de bomba, que puede ser lanzada desde el aire o desde tierra, se divide en submuniciones, lo que implica un impacto más indiscriminado y acrecienta el riesgo de que parte de este material no explote. Estos remanentes suponen un riesgo a largo plazo para los civiles, especialmente para los niños, como constatan los sucesivos informes de las ONG y de la propia ONU.
Fuente Europa Press / foto Twitter