ONU: Éxitos en desarrollo y división en conflictos cierran 2015

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NACIONES UNIDAS.- Del gran consenso internacional para adoptar una nueva agenda de desarrollo a la persistente división en torno a Siria y otros conflictos, la ONU cierra 2015 con un balance lleno de contrastes.

La organización tenía como objetivo número uno para este año, el de su 70 aniversario, dar seguimiento a los exitosos Objetivos del Milenio y ahí no falló.

La exitosa estrategia con la que se han canalizado desde el año 2000 las políticas globales de desarrollo tendrá continuidad hasta 2030 con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, unas ambiciosas metas consensuadas tras años de negociación y que tienen como eje central la erradicación de la pobreza.

Más de 150 jefes de Estado y de Gobierno se dieron cita en Nueva York para sellar estos nuevos compromisos, que fijan un plazo de quince años para acabar con la pobreza extrema en el mundo.

A la vez, los nuevos Objetivos dan prioridad a la lucha contra las desigualdades -uno de los grandes fracasos del periodo anterior- y a la protección del planeta.

Para financiar esas medidas, los 193 países de la ONU cerraron otro acuerdo clave en Adis Abeba un par de meses antes y tratan ahora de completar esa nueva gran arquitectura global con un pacto para combatir el cambio climático.

Frente a esa visión común del futuro, la comunidad internacional continúa sin embargo mostrándose incapaz de unirse para resolver los problemas del presente.

La ONU, un año más, fue escenario de desencuentros en torno a Siria, un conflicto que se ha convertido en «el vergonzoso símbolo de las divisiones» internacionales, en palabras del secretario general de la organización, Ban Ki-moon.

Pese a sus repetidos esfuerzos de mediación, Naciones Unidas sigue siendo por ahora incapaz de detener la guerra, que además de tener catastróficas consecuencias humanitarias -más de 250,000 muertos y la mitad de la población desplazada de sus hogares- ha permitido el avance de los yihadistas del Estado Islámico (EI).

A la situación en Siria se suman la guerra en Yemen, la violencia en Irak, el descontrol en Libia y el deterioro del conflicto palestino-israelí, casos todos donde los intentos diplomáticos de la ONU continúan sin tener éxito y que pintan un panorama internacional cada vez más complejo.

El triunfo de la diplomacia en el dossier nuclear iraní y el compromiso de las grandes potencias para combatir el terrorismo del EI, aunque para muchos esperanzadores, no han servido para romper las profundas divisiones que lastran muchas de las gestiones de la organización.

En África, donde sí hay más consenso y Naciones Unidas tiene desplegadas a miles de tropas, tampoco se han visto demasiados progresos y los conflictos continúan en países como Sudán del Sur, la República Centroafricana o Mali, mientras surgen nuevas tensiones en otros como Burundi y se extiende la amenaza de grupos como Boko Haram.

Para colmo, a lo largo de este año la organización se ha visto golpeada por numerosas denuncias de abusos sexuales supuestamente cometidos por «cascos azules» en algunos de esos países.

Mientras, en su sede central, la imagen de la ONU sufre con un escándalo de corrupción que afecta al expresidente de la Asamblea General John Ashe, acusado de aceptar sobornos a cambio de influir en favor de empresarios chinos.

Para el recuerdo, 2015 deja varias imágenes históricas en Naciones Unidas, desde el baño de masas que se dio el papa Francisco en su sede, hasta la primera intervención del presidente cubano, Raúl Castro, ante la Asamblea General.

EFE/Foto: rcnradio.com

 

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