SAN JOSÉ (Costa Rica).- América Latina necesita un cambio urgente en el sistema alimentario y avanzar hacia una nutrición sostenible y saludable, pues la malnutrición está afectando a millones de personas, afirmaron expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica y representante no residente de Costa Rica, Adoniram Sanches, afirmó a Efe que un sistema alimentario sostenible es necesario para suministrar una alimentación nutritiva y accesible para todos, y en el que la gestión de los recursos naturales preserve los ecosistemas para respaldar la satisfacción de las necesidades humanas.
«La región es reconocida como una gran exportadora de alimentos, pero en la última década lo que hemos visto es un problema serio de obesidad generalizada, tanto en países desarrollados, como en vías de desarrollo y países pobres», afirmó el brasileño Sanches.
Estas declaraciones se producen en el marco de la segunda conferencia global del Programa Sistemas Alimentarios Sostenibles, que se desarrolla en Costa Rica hasta el jueves, y en la cual expertos alertaron sobre una malnutrición y un gran desperdicio de alimentos.
Datos de la FAO indican que en América Latina existen 39 millones de personas con hambre, 178 millones de personas viven con sobrepeso y 105 millones sufren de obesidad, lo que refleja un sistema alimentario disfuncional y que necesita de cambios urgentes.
«Según nos ha dicho la Organización Mundial de la Salud, de las 20 enfermedades que más matan, dos están entrando por la boca, eso significa que hay un problema con los alimentos que consumimos y ahí entramos a ver el problema desde la agricultura, porque tiene una serie de encadenamientos y medidas que mejorar», expresó Sanches.
El sistema alimentario sostenible reúne todos los elementos (ambiente, personas, insumos, procesos, infraestructuras, instituciones) y las actividades relacionadas con la producción, el procesamiento, la distribución, la preparación y el consumo de alimentos y los impactos de estas actividades, incluidos los resultados económicos y medioambientales.
El cambio en los patrones alimentarios y las nuevas formas de producir y procesar alimentos ha modificado la cantidad, calidad e impacto social y medioambiental de los alimentos que se consumen hoy.
Todavía estamos a tiempo de lograr un🌍 #HambreCero para 2030, pero debemos actuar ahora y trabajar juntos.
¡Nuestras acciones son nuestro futuro! Únete a la generación #HambreCero. pic.twitter.com/WClKdgQZ6I
— FAO en español (@FAOenEspanol) January 28, 2019
Para las autoridades, es necesario enfocar las políticas públicas, para que tanto los niños como los adultos consuman, dentro de un circuito corto, con productos frescos y no procesados, un encadenamiento de producción saludable que fomente la seguridad y la diversidad de alimentos.
Además de una mala alimentación, los expertos han detectado que los sistemas alimentarios no están siendo inclusivos ni trabajan por proteger el medio ambiente, por lo que el cambio debe venir de cada persona y en la transformación hacia un consumo consciente.
«Estamos mal alimentados, pero además los sistemas no están siendo inclusivos ni cuidadosos con el medio ambiente y el accionar comienza por cada uno de nosotros, en las elecciones que hacemos de consumo o de desperdicios de alimentos y ahí cada quien puede aportar un granito de arena», explicó la oficial de sistemas alimentarios de la FAO para América Latina, Pilar Santacoloma.
Pilar Santacoloma, habla con Efe durante la segunda conferencia global del Programa Sistemas Alimentarios Sostenibles, en San José. Costa Rica inauguró este martes la segunda conferencia global del Programa Sistemas Alimentarios Sostenibles en la cual expertos hicieron un llamado para ofrecer una alimentación sana, saludable, nutritiva e inocua. EFE/Jeffrey Arguedas
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Entre los retos a enfrentar están la degradación de los recursos naturales, una alta tasa de deforestación, pérdida de recursos de la biodiversidad y fuerte impacto de la agricultura en términos de cambio climático que afecta a las poblaciones más vulnerables en el campo.
También la inclusión de pequeños y medianos productores que no cuentan con condiciones dignas de empleo o ingresos por la falta de acceso a recursos y productos financieros, lo que se refleja en productores pobres.
EFE/María José Brenes
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