CARACAS.- a investidura de enero del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en contra del criterio de la mayor parte de la comunidad internacional, ha abocado a la oposición a una nueva fase de «reorganización» que, en palabras del coordinador del Comando Con Venezuela Mundo, Pedro Antonio de Mendonça, pasa por asumir que en el país sudamericano hay ya un «régimen desnudo», una concepción que espera sea entendida también por el Gobierno y las empresas en España.
De Mendonça, exiliado desde finales de 2024 en Portugal, explica en una entrevista en Madrid para Europa Press que Venezuela encara ahora «una nueva fase», en la que «nadie duda» que Edmundo González fue el vencedor de las últimas elecciones presidenciales. A Nicolás Maduro, advierte, sólo le queda intentar «secuestrar al país», lo que se traduce entre otras cosas en la reclusión de casi un millar de presos políticos.
Este dirigente opositor, que llegó a coordinar las actividades del partido de María Corina Machado en el estado de Guárico, afirma que «Maduro no se ha anotado ningún triunfo desde julio», pese a que en la práctica sigue teniendo las riendas políticas de un país que ahora debe hacer frente a una renovada etapa de presión desde Estados Unidos.
La Administración de Donald Trump ha amenazado con sancionar a los países que sigan comerciando con petróleo venezolano, un aviso que ha puesto en guardia a España y, en particular, a firmas como Repsol. Este tipo de medidas son, para De Mendonça, «un golpe importante», toda vez que están dirigidas a cerrar el grifo de unos fondos que terminan sirviendo al «sistema de propaganda y represión».
Por ello, apela a la «solidaridad internacional» alegando que un cambio político en Venezuela repercute también positivamente fuera de sus fronteras. Reconoce que los polémicos comicios de 2024 sirvieron al menos para consolidar la idea de que «no se trata de una lucha de izquierdas o de derechas», sino de una batalla común por libertades y derechos básicos, y pone en valor los movimientos de líderes como el chileno Gabriel Boric, el colombiano Gustavo Petro y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
«Al final, Venezuela representa una gran oportunidad», explica, al aludir por ejemplo a las posibilidades de inversión que se abrirían en un país «con reglas claras» y sin «un tipo loco» capaz de anunciar expropiaciones. «Es mejor para cualquier empresa de cualquier país hacer negocios en Venezuela bajo un régimen de libertades, con seguridad jurídica, con servicios, con respeto a las normas», resume.
ESPAÑA «HA PODIDO HACER MÁS»
A nivel político, cree que por parte de España el Gobierno «ha podido hacer más». Así, aunque reconoce gestos como el asilo concedido al candidato presidencial Edmundo González, reclama más presión en otros hechos concretos como la situación de los cinco opositores que permanecen refugiados en la Embajada de Argentina en Caracas, por ejemplo, con una «visita humanitaria» de la diplomacia española.
De Mendonça reclama igualmente intercesión para que González asuma la Presidencia y Machado vea «restituidos sus derechos políticos» –está inhabilitada para ocupar cargos públicos, lo que le impidió participar en el último proceso electoral–. Pese a todo, tanto González como Machado se mantienen teóricamente como los principales abanderados de la oposición.
Si «no se ha logrado el objetivo», «no ha sido por fallos de liderazgo», recalca De Mendonça, que brinda un «absoluto» respaldo a la continuidad de Machado y defiende que González «está muy activo» pese a tener un perfil más discreto –son «estilos diferentes», apunta–. El excandidato sí ha realizado una gira internacional en busca de compromisos y apoyos, pero «no es un tema que se logre de un día para otro».
AVANZAR HACIA LA «TRANSICIÓN»
El chavismo ya ha dejado claro que no quiere renunciar al poder, mientras que la oposición da por hecho que nada volverá a ser como antes del 28 de julio. «Pese al horror, los venezolanos somos hoy mejores», esgrime De Mendoça, que no da por muerto sin embargo a un Gobierno que sigue dando la batalla: «Su debilidad le hace peligroso».
Tampoco cierra la puerta al diálogo, una vía que, según indica, la oposición nunca ha descartado. El dirigente de Vente Venezuela sí incide en que este proceso no puede servir «para disuadir y para debilitar a las fuerzas democráticas, para desmoralizar a la ciudadanía», sino que debe tener puntos claros e incluir «términos y condiciones de la salida del régimen del poder».
Sobre la posibilidad de una amnistía a Maduro o a otros altos cargos chavistas, De Mendonça sostiene que en toda negociación las partes siempre tienen que «ceder», pero evita establecer líneas rojas mientras enfatiza que, al margen de los «detalles», lo que tiene que quedar claro es el marco general y el horizonte de «un proceso de transición».
Europa Press