BRUSELAS.- El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, reiteró este miércoles que la prioridad de los aliados en este momento es reforzar a Ucrania militarmente para «cambiar la trayectoria» del conflicto y fortalecer su posición de cara a unas futuras negociaciones con Rusia para un alto el fuego.
En rueda de prensa tras la reunión de ministros de Exteriores aliados centrada en la situación en Ucrania, a la espera de los planes del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuando tome posesión en enero, el líder de la OTAN reafirmó que el objetivo que comparten los 32 aliados en este momento es reforzar a Ucrania para que «un día pueda entrar en conversaciones con Rusia para poner fin al conflicto».
«Estamos todos de acuerdo en que la primera prioridad debe ser que Ucrania esté en esa posición de fuerza para poder entrar en una negociación con los rusos. Esto es ahora la prioridad número uno, dos y tres», apuntó, para que, de esta manera, Kiev «pueda conseguir lo que quiere y evitar que Vladimir Putin consiga lo que él quiere».
Rutte insistió en que es importante doblar la apuesta para «cambiar la trayectoria» del conflicto en un momento en el que el empuje ruso en el Donbás ha movido el frente de batalla hacia el oeste. «Rusia está ganando terreno a lo largo de la línea del frente, aunque a un alto coste. Este podría ser el invierno más difícil para Ucrania desde 2022», alertó.
En este sentido, el ex primer ministro de Países Bajos dijo que «reza» por que pueda llegar pronto el momento en el que Kiev esté lista para negociar la paz, aunque evitó entrar en los detalles de esa hipotética negociación; tales como si la OTAN se sentará a mediar o qué elementos de seguridad debe haber sobre la mesa. «No quiero especular porque hay que centrarse en fortalecer a Ucrania», zanjó.
En todo caso, el debate en sí mismo evidencia que en los cuarteles generales de la OTAN empieza cundir la idea de que Kiev pueda sentarse a negociar un cese de las hostilidades, toda vez el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, habla de 2025 como el año para lograr la paz.
Igualmente, Rutte evitó valorar la exigencia ucraniana para una invitación urgente a la OTAN, con garantía de seguridad solo en la parte controlada por Kiev, después de que el titular de Exteriores ucraniano, Andri Sibiga, llegara a la cita pidiendo «decisiones fuertes e históricas» para reforzar a Ucrania frente a Rusia, entendiendo que es «la hora de la verdad para dar certidumbre geopolítica».
NO HAY SOLUCIÓN RÁPIDA A LA GUERRA EN UCRANIA
De lado de los ministros de Exteriores aliados, varios analizaron la situación en Ucrania y la opción de que Kiev entre en negociaciones para poner fin a la agresión rusa ordenada por Putin en 2022. En declaraciones previas a la reunión, la titular finlandesa de Exteriores, Elina Valtonen, avisó que «no hay soluciones rápidas» a la guerra en Ucrania y que Rusia sigue con sus «objetivos maximalista» y cuenta con apoyo de importantes aliados, en referencia a China, Irán y Corea del Norte. Por ello la ministra nórdica ha apostado por mandar más ayuda militar a Ucrania y redoblar las sanciones económicas contra Moscú.
Su colega lituano, Gabrielius Landsbergis, insistió en que el conflicto «solo se resolverá en el campo de batalla», apuntando que lo fuerte que esté Kiev en el terreno marcará su posición de fortaleza en la mesa de negociación.
Landsbergis indicó que no hay otras garantías de seguridad «más fáciles y baratas» para Ucrania que la cláusula de defensa mutua de la OTAN, en referencia a su adhesión. «La OTAN tiene la habilidad de disuadir porque somos un grupo grande y es la forma más fácil en este caso. Otras opciones no son fáciles», indicó en referencia a la protección bilateral que brinda Estados Unidos a países como Japón o Corea del Sur, que implican «más coste» y «son más difíciles políticamente».
Para el ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares, los aliados de Kiev tienen que «ser previsibles en la entrega de armamento», tras reconocer que sin esta ayuda militar «es imposible que Ucrania ejerza su legítima defensa frente a la brutal agresión rusa».
Sobre la perspectiva de negociaciones de paz, Albares señaló que los aliados tienen que «ayudar a Ucrania a ganar la paz» y «definir» cuál sería la paz en el caso de la guerra provocada por el Kremlin. «Cualquier iniciativa que tenga como objetivo final la paz en Ucrania tiene que ser liderada por Ucrania y la voz de Europa tiene que oírse», recalcó sobre esas futuras conversaciones para un cese de las hostilidades.
Europa Press