Cuando un personaje se vuelve sagrado, atreverse a tocarlo se vuelve un acto de osadía. Así lo vive Paapa Essiedu, el actor británico de 34 años que asumirá el papel de Severus Snape en la nueva adaptación de Harry Potter para HBO Max. Pero más allá de la polémica o el parecido físico, su elección pone sobre la mesa una pregunta clave: ¿qué significa reinterpretar a un personaje que el público se resiste a dejar evolucionar?
“Essiedu no imitará a Alan Rickman, no es su objetivo. Él viene a construir un Snape distinto. Más joven, más vulnerable, quizá más humano desde otra mirada”, comenta una fuente cercana a la producción.
La nostalgia pesa. Rickman convirtió a Snape en una figura legendaria, pero también lo congeló en una versión inamovible para muchos fans. Essiedu, con su trabajo en I May Destroy You, demostró que puede cargar con personajes complejos y rotos, sin perder autenticidad ni sutileza.
“Su elección no es solo artística, es también simbólica. Un Snape diverso, fuera de lo convencional, en una serie que busca ser más fiel a los libros y al mismo tiempo más actual con su audiencia”, señala una crítica de cine británica.
Mientras algunos cuestionan su apariencia, otros ven una oportunidad: ¿y si Snape no fuera solo como lo imaginamos? ¿Y si hubiera más de una forma de ser oscuro, inteligente, ambiguo y profundamente trágico?
Paapa Essiedu no solo interpretará a Snape. Lo desafiará. Y con ello, nos desafía también a nosotros a soltar la nostalgia y abrir espacio a nuevas formas de contar la misma historia.
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