TOKIO.- La pandemia de COVID-19 y el retraso de los Juegos Olímpicos de Tokio hasta 2021 han puesto a prueba el liderazgo de Yuriko Koike, la gobernadora de la capital y aspirante a ser reelegida para el cargo en los comicios que se cierran este domingo.
La veterana política conservadora es la favorita indiscutible para repetir en el puesto, uno de los más influyentes de Japón al tratarse de la prefectura más poblada del país (casi 14 millones de habitantes) y que supone un quinto de la economía nipona.
Koike, de 67 años, conquistó el Gobierno tokiota en 2016 como candidata independiente, y además de ser una de las escasas mujeres con un cargo de relieve en la anquilosada política nipona, es considerada una potencial candidata al dirigir el Ejecutivo central en los próximos años.
Además de ofrecer ruedas de prensa virtuales diarias durante la fase más acuciante de la pandemia, Koike ha popularizado algunos de los mensajes que más han calado entre los japoneses, entre ellos «social distancing» y «stay at home » («distanciamiento social» y «quédense en casa», en inglés).
«Es muy buena manejando los medios de comunicación de masas. Gracias a que fue presentadora televisiva antes que política, sabe que la apariencia es mucho más importante que la sustancia», señala la politóloga Yuko Kasuya, quien considera que Koike «no puede presumir de muchos logros» como gobernadora pese a su popularidad.
Durante su campaña, Koike ha apoyado el plan de celebrar unos JJOO «simplificados» en 2021, en línea con lo propuesto por el Comité Olímpico Internacional y el Gobierno central tras decidirse retrasar los Juegos un año por la pandemia.
La gobernadora también ha prometido medidas para garantizar la seguridad sanitaria en la capital de cara al evento deportivo internacional, aunque no ha dado muchos detalles de sus planes en este sentido. EFE