VATICANO.- El papa Francisco expresó este domingo que la injusticia es la raíz perversa de la pobreza y que el grito de los pobres es cada día más fuerte, pero también menos escuchado, durante la misa con motivo de la II Jornada Mundial de los Pobres.
El sumo pontífice reiteró que ‘cada día ese grito es más fuerte, pero cada día se escucha menos, sofocado por el estruendo de unos pocos ricos, que son cada vez menos pero más ricos’.
El Papa describió ese grito como el de los niños ‘que no pueden venir a la luz, de los pequeños que sufren hambre, de chicos acostumbrados al estruendo de las bombas en lugar del alegre alboroto de los juegos. Es el grito de los ancianos descartados y abandonados’.
Es el grito, precisó, de quienes se enfrentan a las tormentas de la vida sin una presencia amiga, de quienes deben huir, dejando la casa y la tierra sin la certeza de un destino, de poblaciones enteras, privadas también de los enormes recursos naturales de que disponen.
‘Es el grito de tantos Lázaros que lloran, mientras que unos pocos epulones banquetean con lo que en justicia corresponde a todos’, enfatizó.
Ante la dignidad humana pisoteada -dijo Francisco- a menudo permanecemos con los brazos cruzados o con los brazos caídos, impotentes ante la fuerza oscura del mal y añadió que los cristianos no pueden estar con los brazos cruzados, indiferentes, ni con los brazos caídos.
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Francisco indicó que ‘vivir la fe en contacto con los necesitados es importante para todos nosotros’ y advirtió que no se trata de una opción sociológica ni ‘la moda de un pontificado’, sino una exigencia teológica.
La Jornada Mundial de los Pobres es una conmemoración anual creada en 2017 por Francisco para estimular a los creyentes la cultura del encuentro con los necesitados, frente a la del descarte y el derroche. Misa , el sumo pontífice almorzó con cientos de desposeídos en el aula Pablo VI, en la Santa Sede. (ECHA- Agencias)