EREVÁN.- El papa Francisco oró en silencio ante el memorial que recuerda a las víctimas del genocidio armenio de comienzos del siglo XX, y conversó con algunos descendientes de armenios refugiados por el Vaticano por aquel entonces.
El papa Francisco, de viaje apostólico a Armenia hasta este lunes, llegó al complejo conmemorativo a las 08:45 locales junto al patriarca de la Iglesia Apostólica armenia, Karekin II, y ambos fueron recibidos por el presidente de la República, Serge Sargsián.
Tras recorrer a pie unos cien metros, el Papa argentino depositó a los pies del memorial una corona de flores blancas y amarillas, los colores del Vaticano, con una banda que rezaba «en honor de los mártires».
Fue entonces cuando el Papa Francisco permaneció algunos minutos rezando en silencio y sumido en el recogimiento.
Después el Papa y Karekin II accedieron al monumento, de planta circular, y se situaron frente a la llama perenne que conmemora a las víctimas del «genocidio» y depositaron algunas flores más ante el fuego.
Ambos líderes religiosos pronunciaron sendas oraciones de intercesión ante la llama y posteriormente asistieron a un concierto de «duduk», un instrumento de viento tradicional del país.
El Papa Francisco también firmó en el libro de honor del complejo, en el que escribió: «Aquí rezo, con dolor en el corazón, para que nunca más se den tragedias como esta, para que la humanidad no olvide y sepa vencer el mal con el bien».
«Que Dios conceda al amado pueblo armenio y al mundo entero paz y consolación. Que Dios custodie la memoria del pueblo armenio. La memoria no debe ser aguada ni olvidada: la memoria es fuente de paz y de futuro», agregó Francisco de su puño y letra.
Después Bergoglio recibió a una decena de descendientes de los 400 niños que el Vaticano refugió por aquellos años en la residencia pontificia de Castelgandolfo, al sur de Roma, por voluntad del papa Benedicto XV. Pudo verse al papa Francisco conversando con ellos durante algunos instantes y les hizo entrega de un rosario.
EFE/ Video Rome Reports