CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco pidió hoy a la comunidad internacional que tenga el «valor de destruir el muro de esa complicidad cómoda y muda que agrava la situación de desamparo» de los migrantes para que den una respuesta concreta y digna a este desafío humanitario.
Este fue el mensaje que envió el Papa Francisco a los participantes del II Coloquio de la Santa Sede – México sobre la migración internacional que se celebra hoy en el Vaticano, promovido por la Secretaría de Relaciones con los Estados y la Embajada de México ante la Santa Sede.
«Todos ellos esperan que tengamos el valor de destruir el muro de esa ‘complicidad cómoda y muda’ que agrava su situación de desamparo, y pongamos en ellos nuestra atención, nuestra compasión y dedicación», dijo.
El mensaje fue leído en la inauguración por el secretario para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher.
Francisco afirmó que «para hacer frente y dar respuesta al fenómeno de la migración actual, es necesaria la ayuda de toda la comunidad internacional».
Consideró que «esta cooperación internacional es importante en todas las etapas de la migración, desde el país de origen hasta el destino, como también facilitando el regreso y los tránsitos».
«En cada uno de estos pasos, el migrante es vulnerable, se siente solo y aislado. Tomar conciencia de esto es de importancia capital si se quiere dar una respuesta concreta y digna a este desafío humanitario», señaló.
El pontífice también opinó que es necesario que «la responsabilidad de la gestión global y compartida de la migración internacional encuentre su punto de fuerza en los valores de la justicia, la solidaridad y la compasión».
Para ello, estimó, «se necesita un cambio de mentalidad: pasar de considerar al otro como una amenaza a nuestra comodidad a valorarlo como alguien que con su experiencia de vida y sus valores puede aportar mucho y contribuir a la riqueza de nuestra sociedad».
El Papa Francisco aplaudió la celebración de este encuentro que se celebra en el Vaticano «en el 25 aniversario del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los Estados Unidos Mexicanos y la Santa Sede».
Dijo que esta puede ser una «ocasión para fortalecer y renovar» los vínculos «de colaboración y entendimiento» entre ambos estados «para seguir trabajando conjuntamente en favor de los necesitados y descartados» de la sociedad.
El Ppapa llamó la atención sobre la importancia de tratar a los inmigrantes y refugiados no como meros números sino como personas que tienen derecho a gozar de una «protección continua», con independencia «del status migratorio que tengan».
Finalmente, recordó que «sus derechos fundamentales y su dignidad deben ser protegidos y defendidos» y animó a prestar una atención especial «a los migrantes niños, a sus familias, a los que son víctimas de las redes del tráfico de seres humanos y a aquellos que son desplazados a causa de conflictos, desastres naturales y de persecución».
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