LA PAZ.– El papa Francisco se refirió al diferendo entre Bolivia y Chile, que se ventila en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, al reflexionar: «estoy pensando en el mar y el diálogo es indispensable, espero diálogo».
«Todos los temas, por más espinosos que sean, tienen soluciones, hay que construir puentes en vez de levantar muros «, afirmó el Sumo Pontífice en la catedral Nuestra Señora de La Paz.
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Francisco exhortó a una conversación «franca y abierta» para «evitar conflictos con los países hermanos» y explicó que «una nación que busca el bien común no se puede cerrar en sí misma; las redes de relaciones afianzan a las sociedades».
En ese sentido instó a que «el desarrollo de la diplomacia con los países del entorno evite los conflictos entre pueblos hermanos y contribuya al diálogo franco y abierto de los problemas».
El Sumo Pontífice insistió en que todos los problemas, por «espinosos» que sean, tienen soluciones «compartidas, razonables, equitativas y duraderas».
“Deseo que, en todo caso, nunca sean motivo de agresividad, rencor o enemistad, que agravan más la situación y hacen más difícil su resolución», subrayó.
De otro lado, el presidente boliviano, Evo Morales, se pronunció sobre este tema durante el discurso de bienvenida del papa Francisco a La Paz.
«Usted viene lleno de energía, bueno de respirar la brisa del pacífico ecuatoriano. Bienvenido a una parte de la ‘patria grande’ a la que se le ha mutilado su derecho al mar mediante una invasión», afirmó el boliviano.
Francisco, que tomó la palabra después de Evo Morales, no se refirió al asunto, hasta sus declaraciones en la catedral Nuestra Señora de La Paz.
Por una ecología integral
En su discurso a los miembros de la sociedad civil, el Papa volvió a hablar de la belleza de Bolivia, de las cumbres del Hayna Potosí y del Illiman y de su arquitectura, y destacó entonces la necesidad de «una ecología integral, que incorpore claramente todas las dimensiones humanas en la resolución de las graves cuestiones socioambientales de nuestros días».
También arremetió contra «la especulación financiera o la economía que se rige únicamente por el paradigma tecnocrático y utilitarista de la máxima producción».
«Nos habituamos tan fácilmente al ambiente de inequidad que nos rodea que nos volvemos insensibles a sus manifestaciones. Y así confundimos sin darnos cuenta el bien común con el bienestar», señaló.
Al respecto, criticó este tipo de bienestar que «solo se refiere a la abundancia material» y que «tiende a ser egoísta, a defender los intereses de parte, a no pensar en los demás y a dejarse llevar por la tentación del consumismo«.
Mientras que el «bien común», agregó el Pontífice, «es lo que es mejor para todos».
Defendió también la libertad, que es «el mejor ámbito para que los pensadores, las asociaciones ciudadanas, los medios de comunicación desarrollen su función, con pasión y creatividad, al servicio del bien común».
A los cristianos recordó que «la fe no puede reducirse al ámbito puramente subjetivo» y que el desafío debe ser «alentar y favorecer que germinen la espiritualidad y el compromiso cristiano en obras sociales».
Entre estos ámbitos sociales, destacó a la familia y cómo «está amenazada en todas partes por la violencia doméstica, el alcoholismo, el machismo, la drogadicción, la falta de trabajo, la inseguridad ciudadana, el abandono de los ancianos, los niños de la calle».
Y cómo ante ello sólo se reciben «pseudo soluciones desde perspectivas que evidencian una clara colonización ideológica». (ECHA- Agencias)