ASUNCIÓN.- El juicio que se lleva a cabo en Paraguay contra 11 civiles por la «masacre de Curuguaty», que dejó seis policías y once labriegos muertos en el 2012, se reanudó hoy con la declaración de varios testigos policiales que ofrecieron datos contradictorios sobre cómo comenzaron los disparos.
La audiencia en el Palacio de Justicia de Asunción se inició con la declaración del suboficial Julio César Baez, quien formaba parte del grupo de cerca de 300 policías que desalojaron de forma violenta a unos 70 campesinos que habían ocupado una finca conocida como «Marina Kue», tierras de la Marina, en idioma guaraní, para reclamar que formara parte de la reforma agraria.
Durante el desalojo, que oficialmente solo era una orden de allanamiento para negociar con los ocupantes del terreno, se produjo un tiroteo que acabó con la vida de 11 campesinos y 6 policías, lo que motivó al Partido Colorado, entonces en la oposición, a impulsar un juicio parlamentario al presidente Fernando Lugo, que fue destituido una semana más tarde.
Baez aseguró que durante el tiroteo escuchó detonaciones de armas de fuego automáticas, teoría que la Fiscalía descartó en su investigación, y declaró que ninguna autoridad leyó una orden de desalojo a los campesinos que estaban protestando en Marina Kue.
Además dijo haber escuchado tres disparos al pasar un helicóptero de la Policía que sobrevolaba la zona. Según la Fiscalía, la aeronave portaba una cámara de video que no funcionó aquel día.
Otro agente policial, el suboficial Juan Gualberto Rolón, declaró que Ruben Villalba, acusado por la Fiscalía de liderar a los campesinos, portaba un revólver niquelado, mientras que otro testigo, el oficial Hernán Thomen, afirmó que Villalba llevaba una escopeta.
Rolón también escuchó disparos de ráfagas automáticas, que según las pruebas presentadas por la Policía y la Fiscalía, los agentes en tierra no portaban, y los campesinos tampoco.
Thomen, quien estuvo al lado del exjefe del Grupo Especial de Operaciones (GEO) Erven Lovera cuando fue abatido en la refriega, y que fue ascendido tras la masacre, coincidió con Rolón en que Villalba portaba una escopeta y no un revolver como mantiene el fiscal Jalil Rachid.
El juicio continuará mañana con más testigos citados por la Fiscalía.
En total, 12 campesinos están procesados sin condena desde hace dos años y medio bajo los cargos de invasión de inmueble, asociación criminal y homicidio doloso en grado de tentativa.
Una joven, que era menor de edad en el momento del suceso, será juzgada aparte como adolescente.
Ningún agente policial ha sido investigado ni imputado por la muerte de los seis policías y los once campesinos, familiares y amigos de los ahora procesados.
Los acusados Arnaldo Quintana, Adalberto Castro y Néstor Castro ingresan a una sala de juicio oral y público hoy en la sede del Palacio de Justicia de Asunción (Paraguay). (EFE)