WASHINGTON (EEUU).- Un grupo de científicos estadounidenses descubrió una nueva especie de mamífero carnívoro que vivió hace unos 34 millones de años en África y la bautizaron «Pequeño Anubis», en referencia a un dios del Antiguo Egipto, según publicó hoy la revista PLOS One.
El animal pertenece a un linaje extinto de mamíferos llamado «hyaenodon», cuyos ejemplares vivieron en Europa, Asia, Norteamérica y África y estuvieron entre los mayores carnívoros durante 40 millones de años, entre la desaparición de los dinosaurios y la emergencia de los parientes de hienas, perros y gatos.
Los restos fósiles, hallados en un sitio que data del período Eoceno (entre 56 y 33 millones de años atrás), permitieron a los investigadores darse cuenta de que estaban ante una especie nueva de Masrasector.
Los dos autores del estudio, Matthew Borths de la Universidad Ohio y Erik Seiffert de la del Sur de California, decidieron entonces bautizar a esta nueva especie «Masrasector nananubis», que significa «Pequeño Anubis».
«Anubis era un dios de la mitología del Antiguo Egipto que tenía cabeza de chacal y la cabeza del Masrasector se parece un poco a un chacal, pero más pequeño, y la especie vivió en Egipto, así que esas son las razones básicas y obvias del nombre», explicó Borths a Efe.
Pero hay más razones: en primer lugar, Anubis era un dios egipcio del «más allá» y sus sacerdotes supervisaban el proceso en el que los cuerpos eran embalsamados.
«La fosilización es el proceso natural de preservación de los muertos por un largo tiempo», comparó Borths.
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«Anubis era el guardián de las tumbas y los cementerios, un protector de los restos mortales y un guía en la otra vida. Como paleontólogos, tratamos de proteger y comprender el pasado al traerlo de vuelta a la vida a través de la investigación. Anubis es un símbolo poderoso de esa responsabilidad», agregó.
A partir de estos fósiles, los investigadores pueden saber mucho del animal, sobre todo por la gran cantidad de restos encontrados.
«Tenemos los cráneos de múltiples individuos, muchas mandíbulas completas y algunas piezas del esqueleto», puntualizó Borths.
Con esos elementos, los investigadores podrán hacer comparaciones con otros registros fósiles más fragmentados que pertenecen a los parientes del Masrasector. De esa manera, podrán clasificarlos.
De hecho, para Borths, la nueva especie está tan completa que ahora puede convertirse «en la base para la comparación» en la línea de evolución de los hyaenodones.
Con los cráneos y los dientes también podrán saber de qué se alimentaba este animal, que podía cortar carne y era capaz de comer semillas y frutas.
Según Borths, una comparación con mamíferos actuales permite pensar que el Masrasector nananubis «debió haber sido un cazador rápido» que pudo haber acechado a sus presas, como roedores, damanes y algunos primates ocasionales.
«Tener un material tan completo de tantos especímenes significa que el Masrasector será una especie clave para desvelar la evolución de los hyaenodones y para comprender la evolución de los mamíferos carnívoros», señaló.
Borths espera así ser parte de los investigadores que intentan descubrir por qué este tipo de animales se extinguió.
«Los hyaenodones empezaron a desaparecer y fueron reemplazados por los grupos carnívoros modernos como los lobos y los gatos hace unos 15 millones de años», indicó el paleontólogo.
Entender por qué se extinguieron, consideró Borths, quizás permitiría prevenir la desaparición de especies de carnívoros actualmente amenazadas por cambios climáticos y del medioambiente.