El Gobierno peruano elevó la proyección de crecimiento de su Producto Bruto Interno (PBI) para el 2018 del 3.6% al 4.0%, informó hoy el ministro de Economía y Finanzas, Carlos Oliva, durante la presentación del informe sobre el Marco Macroeconómico Multianual (MMM).
«La economía se encuentra al inicio de una fase de aceleración, producto de la implementación de una política macroeconómica contracíclica y de un entorno externo favorable», manifestó Oliva sobre la proyección económica del país para los próximos tres años.
En ese sentido, destacó el crecimiento del 4.3% del PBI registrado en el primer semestre del 2018, de la que aseguró es «la tasa más alta en nueve semestres».
Perú también proyecta un crecimiento del 4.7% del PBI para el periodo 2019-2022, y apuntará a un mayor crecimiento del PBI potencial, que es el nivel de producción máximo que puede realizar un país, y que el 2017 Perú propuso en 3.5%, y que ahora eleva a 4.5% para el 2022.
La dinámica económica más favorable está asociada al fortalecimiento de la demanda interna, por la sostenida recuperación de la inversión privada (5.2 el 2018 y 7.5% para el 2019) y el impulso de la inversión pública (14.0% en el2018 y 4.5% para el 2019).
Además, esto se daría en un contexto de mayor fortaleza del gasto privado y de un marco de políticas económicas orientadas a mejorar la productividad.
El documento del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) prevé también que los ingresos del gobierno crecerán un 19% este 2018, una tasa mayor a la del 18.5% estimado en abril pasado, debido a la mayor recaudación de impuestos de sectores como minería e hidrocarburos, el desplazamiento de los impuestos del 2017, así como las menores devoluciones tributarias.
Se pronostica también que los ingresos fiscales pasen del 19% al 20.6% respecto al PBI entre el 2018 y 2022, en un contexto de implementación de medidas tributarias orientadas a combatir la evasión y elusión de impuestos mediante la masificación del uso de comprobantes pago y libros electrónicos.
Se sumarán también un conjunto de medidas contra el fraude fiscal impulsadas por el Ejecutivo que impedirán el uso de vacíos tributarios en las operaciones con matrices o subsidiarias internacionales, y que abrirán la puerta al intercambio de información fiscal.
El MMM plantea una senda de consolidación fiscal más gradual, que mantiene la convergencia del déficit fiscal hacia el 1% del PBI al 2021; y revisa la estimación del déficit fiscal del 2018 a 3.0%, menor al de la regla (3.5% del PBI), debido a una revisión al alza de los ingresos fiscales en 0.5% del PBI para este año.
El mismo documento proyecta que el déficit fiscal para los años 2019, 2020 y 2021 se ubicará en 2.7% del PIB; 1.9% del PBI y 1.0% del PBI, respectivamente, en un contexto de mayor dinamismo económico y de implementación de medidas fiscales orientadas a incrementar los ingresos permanentes.
Esta senda de consolidación se corresponde con un nivel de la deuda pública del Sector Público No Financiero (SPNF) que llegaría a 26.0% del PBI en el año 2022, lo que se enmarca dentro del límite establecido por la regla fiscal de deuda (30% del PBI).
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