En muchos países fueron prácticamente los únicos que nunca pararon de surcar las calles con sus bicicletas y motos y sus mochilas cuadradas en sus espaldas. Los repartidores de aplicaciones móviles se convirtieron en trabajadores esenciales, ya que los servicios de entregas a domicilio se multiplicaron debido a las medidas de aislamiento social para frenar el coronavirus en el mundo.
Sin embargo, lo que parecía una oportunidad de ganar terrenos para las aplicaciones no lo era para sus trabajadores, que comenzaron a denunciar que su situación laboral no mejoraba a pesar del crecimiento de la demanda. La disconformidad de los repartidores fue la génesis del primer paro internacional de repartidores que se cumple este 22 de abril en Argentina, Perú, Ecuador, Guatemala, Costa Rica y España.
«La pandemia en curso puso de manifiesto e incluso profundiza cada día más las condiciones de superexplotación y precarización laboral de los trabajadores de reparto en todo el mundo», señala la declaración que invitaba al paro.
Los sindicatos de repartidores denuncian que el haber sido declarados trabajadores esenciales durante las cuarentenas obligatorias «se tradujo en explotación a fondo del lucro de las empresas de reparto (Rappi, Glovo, Pedidos Ya, Uber Eats, Deliveroo, etc) a costa de la exposición de los repartidores al contagio de COVID-19«.
Los sindicatos aseguran que, una vez comenzada la propagación del virus, las empresas decidieron «dejar librada a su suerte a todos los repartidores«, sin distribuir entre los trabajadores elementos de seguridad e higiene suficientes. Además, señalan que, al no existir un marco laboral que regule a estas compañías, «todo esto queda a a la buena (o mala) voluntad de las empresas».
¿Qué reclaman los repartidores?
El inédito paro de este 22 de abril tiene como reivindicación central que las empresas introduzcan un aumento del 100% en el pago por pedido. En efecto, uno de los reclamos de los repartidores es que su ingreso por pedido no se ha ajustado en los últimos años, perdiendo poder de compra en países con alta inflación.
Además, reclaman que se distribuyan «elementos de seguridad e higiene que sean de calidad y cantidad acorde a las jornadas laborales y la crisis sanitaria en curso». La Agrupación de Trabajadores de Reparto (ATR) —una de las organizaciones que nuclea a repartidores en Argentina— fue más específica y reclamó que cada trabajador acceda a una caja de barbijos, una caja de guantes y un litro de alcohol en gel.
Los repartidores suman otros reclamos adicionales dependiendo de cada país. Por ejemplo, en Perú, una decisión del Gobierno de Martín Vizcarra restringió el envío de productos a domicilio y motivó a que empresas como Rappi y Glovo decidieran suspender su actividad en el país. Los trabajadores aseguran que la medida deja «a centenares de trabajadores sin sustento en el marco de una crisis económica mundial».
En Costa Rica, en tanto, los trabajadores también protestan contra recortes implementados por empresas que, según los sindicatos, incluyen la eliminación de «bonos por lluvia» y mecanismos de «pedidos dobles» a través de los cuales las empresas entregan dos pedidos, pagando solamente uno al repartidor.
«La unidad de los repartidores de todas las apps de todos los países es el único camino para conquistar todos nuestros derechos», concluye la declaración conjunta de los sindicatos de repartidores. (Sputnik)