Producida por los hermanos Bismarck y Sara Rojas, muestra cómo funciona la hermandad entre las personas dando peso a su gran creación, identificando el verdadero esfuerzo por los vínculos de hermanos.
Pirú: Un viaje de oro narra la historia de Alí, un joven citadino que viaja a Ayacucho por motivos laborales, acompañado por su mejor amigo y socio, José María.
A punto de llegar a su destino, el antiguo automóvil amarillo de su padre se estrella en las tierras de Herme, una mujer de fuerte carácter que reside en el pintoresco pueblo de Quri Suncu. A pesar del inusual comienzo, una amistad inesperada florece, especialmente entre Alí y Pirú, el pequeño niño que vive con Herme. El conflicto surge cuando Alí se entera de que su trabajo implica desalojar a sus nuevos amigos para iniciar un proyecto minero.
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El guion se escribió en conjunto. La realización de este proyecto tomó siete años y se realizó íntegramente en Cajamarca, lo que supuso un desafío adicional debido a las inclemencias climáticas. “El rodaje fue bastante duro, de casi dos meses. Estábamos grabando y empezaba a llover. Tuvimos que partir escenas en tres o cuatro días. Además, nos robaron los equipos”, recuerda el cineasta. Sin embargo, afirma: “Más allá de lo que nos haya pasado, el mensaje siempre fue seguir”.
Un aspecto destacado de la película es el elenco, con actores naturales descubiertos en la localidad. Un ejemplo es Mateo Castrejón, quien interpreta a Pirú, un niño alegre, curioso e inocente, que desea explorar el mundo. Él llega a la vida de Herme, interpretada por María Teresa Tello, ignorando que sus padres lo abandonaron, aunque disfruta de una vida plena pese a las limitaciones.
Su estreno se realizó el 5 de octubre.
Foto: captura de pantalla
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