Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la COVID-19 afecta en mayor medida a las personas con enfermedades preexistentes como hipertensión arterial, enfermedades cardiacas, asma y diabetes, muestran ser más vulnerables a desarrollar casos graves al infectarse con el nuevo coronavirus. Esto debido a que el sistema inmunitario se ve comprometido, lo que dificulta la lucha contra la COVID-19. Además, que ésta puede prosperar en un entorno de glucosa elevada en sangre.
En ese sentido, la doctora Giovanna Valdespino, jefa de Programas Preventivos de Sanitas, describe, cuando las personas diabéticas desarrollan una infección viral, puede ser más difícil de tratar debido a las fluctuaciones en los niveles de glucosa en sangre. “En el caso de la infección por COVID-19, los diabéticos tienen un mayor riesgo de complicaciones, incluida la muerte. Además, la infección viral trae consigo un mayor deterioro del control de la glucosa durante los días de la enfermedad, lo que agrava la situación del enfermo y alarga el plazo de recuperación”, refirió.
Valdespino, sostiene que la diabetes no controlada, incide directamente sobre la evolución de la enfermedad en caso de contraerla, por lo que considera importante mantener vigilada al máximo la glucemia. “Tengamos presente que, en nuestro país hay más de un millón de personas diagnosticadas con diabetes, de los cuales sólo un 57 por ciento mantiene control sobre su enfermedad. En estas circunstancias, se recomienda extremar todos los cuidados con estos pacientes. Se les aconseja seguir de forma estricta las medidas de protección y aislamiento, controlar diariamente sus niveles de glucosa, tener a la mano las indicaciones de su médico, números telefónicos de emergencia y no olvidarse de mantener una dieta saludable”, enfatizó.