SAN FRANCISCO (EEUU).- Pese a la ausencia de contenidos en resolución 8K al día de hoy en el mercado, la industria está convencida de que los consumidores comprarán estos televisores «con la vista puesta en el futuro» al verlo como una «inversión», explicó a Efe el presidente de LG en España, Jaime de Jaraíz.
La resolución 8K, con la que LG planea sacar televisores a la venta este mismo año, es la de mayor calidad existente, ya que con sus 7,680 píxeles horizontales por 4,320 verticales se sitúa muy por encima del actual estándar en el mercado: el 4K de 3,840 por 2,160 píxeles.
Sin embargo, y pese a la innegable superioridad de las pantallas 8K, que alcanzan un realismo inaudito hasta la fecha, gran parte del debate sobre esta resolución gira en torno a la casi total ausencia de contenidos grabados a este nivel de calidad en el mercado, lo que ha hecho que algunas voces pongan en duda su utilidad.
«Cuando la gente compra un televisor, no lo compra para dos años. No es como un móvil, que se cambia cada poco tiempo. Es una compra mucho más reflexiva y que se quiere que dure. La media de cambio para televisores está en siete años», explicó De Jaraíz, para quien esta inversión de futuro es lo que justifica el 8K.
Según el máximo responsable de LG en España y Portugal, aunque en estos momentos no haya contenidos para 8K en el mercado, «los consumidores comprarán las televisiones con la vista puesta en el futuro» como ya ha sucedido en las últimas décadas con «multitud de tecnologías».
De Jaraíz puso como ejemplo el propio predecesor del 8K, los televisores 4K, que durante mucho tiempo estuvieron disponibles hasta convertirse finalmente en el estándar del mercado para pantallas de más de 40 pulgadas pese a que los contenidos grabados en esta definición también eran escasos.
Los televisores 8K que LG pondrá a la venta este año se basarán en dos tecnologías distintas: Nano Cell, que usa nanopartículas para absorber la luz de longitudes de onda no deseadas y mejorar así la pureza de los tonos rojos y verdes en la pantalla, y OLED, consistente en leds orgánicos.
«En ambos casos los aparatos serán de grandes dimensiones porque al fin y al cabo el beneficio de 8K es poder mirar televisores grandes de más cerca. Si estás a distancia, mirar una 8K o una 4K es casi indistinto porque no se puede apreciar la diferencia en la calidad del pixel, pero de cerca sí que se percibe la mejora», indicó el responsable en España de la firma surcoreana.
Para paliar la actual falta de contenidos en esta definición, los modelos de televisores 8K de otras compañías que ya están disponibles en el mercado integran convertidores que, mediante sistemas de inteligencia artificial (AI) procesan cualquier señal y la «transforman» en altísima definición.
Así, por ejemplo, el dispositivo creará nuevos píxeles para mejorar una imagen de menor calidad proveniente de un «blue-ray» o de un streaming de internet tomando como referencia los originales.
De este modo, los nuevos píxeles generarán un degradado con «nueva información» para llenar los espacios vacíos entre los píxeles originales.
Para De Jaraíz, sin embargo, es «discutible» que la definición que se puede conseguir mediante estas conversiones sea equiparable al 8K.
El directivo de LG también se refirió a una de las mayores tendencias de la reciente feria de electrónica de consumo CES 2019 que se celebró en Las Vegas (Nevada, EE.UU.), donde varios de los principales fabricantes, entre ellos LG, dejaron atrás viejas rivalidades y aumentaron la compatibilidad de sus productos.
«Nuestra plataforma de inteligencia artificial conecta a todos nuestros electrodomésticos entre sí y también a los de la competencia. No queremos cerrar opciones y perjudicar al consumidor», aseguró.
EFE/Marc Arcas
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