JOHANNESBURGO.- El presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, está hoy un paso más cerca del final de su carrera después de que su propio partido, el histórico Congreso Nacional Africano (CNA), en el Gobierno desde el final del apartheid, le haya exigido su dimisión por cauces oficiales.
En una comparecencia de prensa en el cuartel general del partido en Johannesburgo, el secretario general del CNA, Ace Magashule, puso fin a semanas de especulaciones, reuniones a puerta cerrada y negociaciones secretas para lograr que Jacob Zuma, con mandato hasta 2019 y acosado por múltiples escándalos de corrupción, dimitiera voluntariamente.
«El NEC (Comité Ejecutivo Nacional, siglas en inglés), por tanto, decidió lo que sigue: apartar al militante, camarada Jacob Zuma, de acuerdo a la regla 12.2.21.2 de la constitución del CNA», anunció Magashule.
La decisión se alcanzó anoche, en una reunión del partido en Pretoria, y no tiene vuelta atrás, según explicó el secretario general.
Como escalón final hacia esa resolución, se rechazó la última oferta puesta sobre la mesa por Jacob Zuma, quien había aceptado dimitir voluntariamente si le daban un plazo de entre tres y seis meses.
El partido considera que el asunto debe cerrarse con «urgencia» dado el contexto de «ansiedad» e «incertidumbre» generado en el país.
Pese a todo, la formación bajo cuyas siglas militaron figuras históricas de la lucha contra la segregación racial como el expresidente Nelson Mandela espera una salida «amigable» a la crisis.
«Estoy seguro de que el presidente responderá mañana», anticipó Magashule, después de explicar que no hay una fecha límite exigida a Zuma para que concrete su dimisión.
«Esperamos que nuestro militante haga lo que nuestra organización espera que haga», recalcó.
Por disciplina interna, los miembros del antiguo movimiento de liberación, incluidos los cargos electos, están teóricamente obligados a acatar las decisiones del bloque.
En caso de que Jacob Zuma opte por rechazar la petición de su partido, podría ser destituido mediante una moción de censura del Parlamento.
Magashule confirmó, además, otro secreto a voces: que el Congreso Nacional Africano quiere que el vicepresidente del Gobierno, Cyril Ramaphosa, sea el sustituto de Zuma.
Ramaphosa es, desde diciembre pasado, el número uno del partido (en sucesión de Zuma) y es, por tanto, el principal impulsor de las maniobras contra su superior.
En su ascenso al poder, el vicepresidente prometió revitalizar la economía sudafricana, maltrecha en las manos de la administración de Jacob Zuma, y ser implacable con la corrupción.
Jacob Zuma está implicado en numerosas acusaciones, incluidos casi 800 cargos por corrupción relativos a contratos de armas de finales de los noventa o las investigaciones por haber usado el Estado para favorecer a una familia de empresarios afines -los Gupta-, con concesiones públicas millonarias.
Otro caso sonado es el que en 2016 le obligó a devolver medio millón de euros de fondos públicos que se gastó de forma ilegal en la reforma de su residencia privada.
La maniobra en el Congreso Nacional Africano tiene, además, un precedente reciente en la historia política de Sudáfrica: la dimisión forzada del presidente Thabo Mbeki en 2008.
Paradójicamente, en aquel momento era precisamente el propio Jacob Zuma -aunque este no ascendería a la Jefatura de Estado hasta 2009- quien lideraba la cúpula del Congreso Nacional Africano que dio la espalda a Mbeki.
No tan conforme con los cauces del actual proceso se mostró la oposición, reducida casi al papel de espectador dado que el Congreso Nacional Africano mantiene el ya popularmente conocido como «Zexit» confinado dentro de los límites del propio partido.
«El único modo de quitar a Jacob Zuma como presidente de nuestro país es que el Parlamento lo haga a través de una moción de censura. Es el Parlamento el que elige y quita al presidente, no el CNA», criticó hoy martes en un comunicado Mmusi Maimane, líder de la Alianza Democrática (AD), el principal partido de la oposición.
La formación de Maimane aprovechó para reiterar la petición lanzada ayer, durante una comparecencia conjunta de los principales líderes opositores del país, para que el Parlamento adelante a esta misma semana la moción de censura contra el presidente, programada para el 22 de febrero.
Descontando un resultado favorable para ese trámite, solicitaron también la convocatoria de elecciones anticipadas.
Sin embargo, en su intervención de hoy martes Magashule indicó que, por el momento, no barajan la vía de la acción parlamentaria, a la espera de una respuesta por parte de Jacob Zuma.
EFE/Video Euronews-EFE