MADRID.- El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, se reunió hoy por primera vez con el nuevo líder del conservador Partido Popular (PP), Pablo Casado, con quien abordó asuntos como las crisis política en Cataluña y la migratoria.
La reunión, que se prolongó durante casi tres horas, se produce dos meses después de que Sánchez ganase una moción de censura en el Parlamento por la que desalojó del poder a Mariano Rajoy y después de que el nuevo líder conservador, Casado, asumiera hace dos semanas las riendas del PP.
«El objetivo común debe ser avanzar por España», dijo Sánchez en un mensaje en la red social Twitter, en el que señaló también que pidió al nuevo líder conservador que su partido ejerza una oposición «responsable y leal» en cuestiones de Estado, como la emigración, la política europea, la violencia de género o las infraestructuras.
Casado, que desde su elección ha elevado el tono de su partido en contra de la posición del Ejecutivo en asuntos como la situación catalana o la crisis migratoria, dijo por su parte en conferencia de prensa que señaló al presidente del Gobierno español que el PP ejercerá una oposición «firme y responsable» pero también «leal».
A ese respecto, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, dijo en otra conferencia de prensa que «hay que confiar en la palabra» de Casado, a la vez que subrayó que su partido estará «muy atento» por si el líder popular vuelve a caer «en la demagogia partidista».
También señaló en que esta reunión, celebrada en el Palacio de La Moncloa, sede del Gobierno español, haya servido para que el nuevo presidente del PP «comprenda que su arranque en el liderazgo ha sido completamente equivocado… Hemos asistido a una serie de declaraciones demagógicas e irresponsables en temas de Estado».
La celebración de esta reunión ha coincidido con la publicación de la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la estimación de voto en el caso de que en España se celebrasen ahora nuevas elecciones, que sitúa a los socialistas como primera fuerza política del país con diez puntos de ventaja sobre los conservadores del PP.
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