MADRID.- La comisión gestora que dirige el PSOE empezó hoy sus trabajos para intentar recomponer la unidad perdida, mientras algunos de sus principales dirigentes ratificaron la negativa a apoyar un gobierno presidido por el centroderechista Mariano Rajoy.
La dimisión de Pedro Sánchez el sábado pasado, forzada por sus críticos, ha llevado a los socialistas a crear una gestora que debe convocar un congreso en el que elegir al nuevo líder.
Antes, esa gestora ha de convocar un Comité Federal, máximo órgano directivo entre congresos, para decidir su posición respecto a una eventual investidura como jefe de Gobierno de Rajoy, quien ya fue rechazado por los diputados el 31 de agosto y el 2 de septiembre.
Pedro Sánchez hizo del «no» a Rajoy su bandera, y exigió a los críticos que explicaran públicamente si querían respaldar al líder del PP al frente del gobierno.
Ninguno de ellos lo hizo en días pasados, pero hoy algunos de los destacados críticos y ejecutores de Sánchez sí subrayaron su negativa a Rajoy.
Dirigentes socialistas de regiones como Andalucía, Castilla-La Mancha y Aragón, opuestos a Sánchez, aseguraron hoy que el rechazo a Rajoy se mantiene, a cuatro semanas para que expire el plazo para la elección de un nuevo presidente del Gobierno por el Congreso de los Diputados.
Si el 31 de octubre no hay acuerdo el Parlamento se disolverá y en diciembre habrá comicios legislativos, los terceros en un año.
El presidente de la gestora socialista, Javier Fernández (foto), un dirigente respetado en el partido, admitió hoy que la gobernabilidad de España está en las manos del PSOE.
Fernández dijo que sigue vigente la resolución del Comité Federal socialista de hace unos meses que aprobó el «no» al gobierno de Rajoy pero, al mismo tiempo, aseguró que unas terceras elecciones en un año serían «la peor solución» para el país.
El PSOE tiene que dar una respuesta en breve, porque una eventual sesión de investidura de Rajoy debe ir precedida obligatoriamente de una ronda de consultas de los líderes políticos con el rey Felipe VI, quien tiene la prerrogativa de proponer un candidato.
Ese proceso lo debe pilotar la gestora, al tiempo que intenta rehacer la unidad de los socialistas, rota el sábado pasado tras una larga reunión que, según confesó hoy Fernández, fue «un espectáculo lamentable».
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