MADRID (España).- Calentar una taza o vaso de agua en el microondas puede parecer uno de los gestos más inofensivos del día a día. Sin embargo, dependiendo de cómo se haga, puede resultar peligroso e incluso puede provocar quemaduras graves si no se toman ciertas precauciones, tal y como advierte la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA) en su guía sobre el uso seguro de hornos microondas.
Según este organismo, al calentar agua sola en un recipiente limpio y liso, esta puede alcanzar una temperatura superior a su punto de ebullición sin que llegue a hervir visiblemente. Esta situación, conocida como sobrecalentamiento, puede ser extremadamente peligrosa, ya que basta un leve movimiento -como remover con una cuchara o añadir café instantáneo- para que el líquido salga repentinamente y cause quemaduras.
Cómo evitar el sobrecalentamiento
Para reducir este riesgo, la FDA recomienda no exceder los tiempos de calentamiento indicados por el fabricante del microondas y añadir al agua alguna sustancia como café soluble o azúcar antes de introducirla en el aparato. Estos elementos ayudan a evitar la formación de puntos de sobrecalentamiento al romper la tensión superficial del agua.
Así funciona un horno microondas
Pero ¿por qué ocurre este fenómeno? La explicación está en el propio funcionamiento del microondas. Estos aparatos cocinan los alimentos mediante microondas, un tipo de radiación electromagnética que hace vibrar las moléculas de agua presentes en los alimentos. Esa vibración genera fricción, y con ella, calor.
Por esta razón, los alimentos con alto contenido en agua, como las verduras frescas, se cocinan más rápido que otros. Sin embargo, la energía de las microondas no penetra hasta el centro del alimento: calienta primero las capas exteriores, que luego transmiten el calor hacia el interior por conducción.
En el caso del agua, la mejor forma de calentarla de forma segura en el microondas es hacerlo por intervalos cortos, preferiblemente de 30 segundos, y comprobar el estado del agua tras cada pausa. Así se evita un calentamiento excesivo y se puede ajustar el tiempo y la potencia en función de las características de cada aparato.
Consejos de seguridad que no debes pasar por alto
La FDA ofrece una lista de recomendaciones para un uso seguro del microondas:
–No caliente agua ni líquidos en el horno microondas durante más tiempo del recomendado en las instrucciones del fabricante.
–No operar el microondas si la puerta está doblada, dañada o no cierra correctamente.
–No utilizar el microondas vacío (salvo que el manual lo permita).
–No permanecer frente al microondas mientras está en funcionamiento, especialmente en el caso de niños.
–Consultar siempre el manual del fabricante para seguir sus instrucciones específicas.
Para evitar riesgos, es fundamental utilizar recipientes aptos para microondas, como los de vidrio, papel, cerámica o plástico diseñado específicamente para este uso. Aunque estos materiales no absorben las microondas, pueden calentarse por contacto con los alimentos cocinados.
Además, se recomienda limpiar regularmente el interior del microondas con agua y un detergente suave, evitando estropajos abrasivos, y no utilizar el horno si la puerta está dañada o no cierra bien.
Fuente y foto Europa Press