SAN JUAN (Puerto Rico).- Un nuevo temblor de magnitud 5.20 se sintió este viernes en todo Puerto Rico provocando inquietud entre la población, que desde el pasado 28 de diciembre sufre los efectos de una intensa actividad sísmica frente a la costa sur del territorio caribeño.
Las escenas de pánico entre los residentes de los municipios del sur volvieron a recordar el miedo desencadenado el pasado martes, cuando cerca de la 4:30 de la madrugada un sismo de magnitud 6.4 provocó un brusco despertar a la práctica totalidad de la población.
El sismo se localizó en un punto exacto situado entre la latitud 17,878 y la longitud -66.844 a 2 kilómetros de profundidad. Se registró a 14,4 kilómetros al sur-sureste del municipio de Guánica.
A pesar de que el temblor se localizó, de nuevo, al suroeste de la isla, en el mar, se sintió con fuerza en todo el territorio puertorriqueño, donde se volvieron a registrar escenas de pánico entre la población, que trataba de recuperarse del sismo del pasado martes, de magnitud 6.4, que provocó daños en cientos de viviendas y más de 2,000 refugiados.
La electricidad, a pesar del temblor de hoy, se mantuvo en buena parte de la isla. La generación es en estos momentos de 1.777 megavatios a pesar del último sismo.
La población mostró a través de las redes sociales el resultado del último temblor, que incluye algunos postes de la luz caídos y muros dañados en algunas construcciones.
El director de la Red Sísmica, Víctor Huérfano, pidió a la ciudadanía no bajar la guardia ante la posibilidad de nuevos temblores.
Señaló que la actividad continúa y se prolongará por un tiempo adicional.
Puerto Rico: Graves daños produjo sismo de magnitud 6.4 el peor de su historia reciente
La Red Sísmica ha registrado desde el inicio del día 10 réplicas reportadas como sentidas, con la más importante hasta esta última a las 15:44 (19:44 GMT) con magnitud de 3.4.
El sismo de hoy refuerza el sentimiento de inseguridad entre la población, lo que ha provocado que desde el martes miles de personas vivan en la calle, temerosas de que sus viviendas se vengan abajo con nuevos temblores.
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