El presidente ruso, Vladímir Putin, se sumergió a una profundidad de más de 80 metros en el mar Negro a bordo de un batiscafo.
Durante la inmersión el líder ruso pudo ver los restos de una fragata hundida del siglo XI y un gran número de ánforas antiguas.
Además, durante el descenso Putin felicitó a los miembros de la Sociedad Geográfica Rusa por el 170º aniversario de la institución.
Compartiendo sus impresiones con los periodistas, el mandatario ruso reveló que la inmersión le pareció “interesante”.
Añadió que no sintió miedo y recordó su experiencia del año 2009, cuando descendió en el lago Baikal a una profundidad de casi 2.000 metros.
Cuando le preguntaron a Putin, si se sentía mejor en tierra o bajo el agua, respondió que “claro, se está mejor en casa”. El descenso se produjo en el marco de la visita del presidente ruso a Crimea.