ROMA.- El pintor renacentista italiano Rafael falleció probablemente por una pulmonía y un «error médico» en su cura, en vez de por la sífilis que tradicionalmente se le atribuyó debido a su «vida libertina», según publicó hoy en su página web la Universidad de Milán-Bicocca.
Un equipo de médicos e historiadores de la medicina ha realizado un estudio que pone en duda la causa hasta ahora atribuida a su muerte, precisamente cuando se cumplen 500 años de su fallecimiento, el 6 de abril de 1520 en Roma, cuando tenía 37 años.
Esta investigación señala la pulmonía como la opción «más plausible», seguramente agravada por aplicarle una sangría, un método mediante el cual se extraía sangre al enfermo para curarle.
«Nos hemos basado en fuentes directas e indirectas de la época para profundizar en las circunstancias de la muerte de Rafael», explicó el investigador de historia de la medicina Michele Augusto Riva, responsable de la publicación del estudio en la revista Internal and Emergency Medicine.
La razón del deceso del artista fue atribuida por algunos autores a la sífilis, por «una conducta de vida muy libertina», apunta Riva, pero esta enfermedad tiene un desarrollo muy largo mientras que Rafael murió entre 8 y 10 días después de mostrar los primeros síntomas.
El escritor Giorgio Vasari, célebre por sus biografías de los artistas del Renacimiento, argumentó que Rafael murió tras «entregarse sin medida a los placeres» y «no confesar a los médicos los excesos que había cometido», por lo que le aplicaron una sangría que empeoró su condición.
Este método era un muy popular en la época, pero está «absolutamente desaconsejado en caso de fiebre pulmonar», aclara el investigador que ha conducido el estudio.
La publicación también saca a la luz que la sangría, a pesar de estar en boga en el siglo XVI, ya tenía muchos detractores entre los médicos del momento.
Rafael, ya encumbrado a lo más alto al final de sus días por sus mecenas como el papa León X, «fue tratado por los mejores médicos de Roma», que a pesar de ello seguían convencidos que extraer la sangre era la mejor manera de tratar la enfermedad que padecía el artista.
Además de la sífilis, los investigadores han descartado otras enfermedades que se han atribuido como causa de la muerte del pintor de «La Fornarina», como la malaria o el tifus por las diferencias con los síntomas que padeció.
«El recorrido de la enfermedad induce a pensar en una forma de pulmonía. No lo podemos afirmar con seguridad ni hipotizar que tenga un origen bacteriano o viral, como la COVID-19», dijo Riva.
Para llegar a esa conclusión, los autores del estudio se han basado en los síntomas que le atribuyen las fuentes de su época: no haber padecido pérdidas de conciencia, la ausencia de síntomas gastroenteríticos y la fiebre continua.
Tras su muerte, el 6 de abril de 1520, Rafael fue enterrado con todos los honores en el Panteón de Roma, donde yace con el epitafio dedicado por su amigo Pietro Bembo: «Aquí yace Rafael, quien mientras vivió hizo temer a la naturaleza ser superada por él y que, cuando murió, temió morir con él». EFE