Ratones con células transgénicas escuchan a Queen y producen insulina
Investigadores suizos comprobaron los efectos de distintos géneros musicales sobre la secreción de la insulina, creando líneas celulares clonales transgénicas estables —que son capaces de expresar receptores mecanosensibles y liberar esa hormona— e integrándolas en ratones.
En el transcurso del experimento, los iones de calcio cargados positivamente atravesaron canales iónicos de las células de los animales experimentales, provocando fusión de la insulina contenida en ellos con la membrana y su liberación al medio externo.
Resultó que la música pop con graves bajos y las bandas sonoras de películas provocaban la máxima liberación de insulina, mientras que la respuesta a la música clásica y de guitarra era más variada y dependía de la composición.
La mayor eficacia de este efecto se produjo bajo la canción We Will Rock You de la banda de rock Queen: en ratones, a los que se implantaron las células transgénicas, tras escuchar la canción se redujeron significativamente los niveles de glucosa en sangre, originando una producción de insulina de casi el 70% en cinco minutos.
Esta composición musical generó suficiente insulina para reducir rápidamente las fluctuaciones glucémicas durante las pruebas de tolerancia a la glucosa. En segundo lugar, en cuanto a eficacia, se situó la banda sonora de la película Los Vengadores. En su caso, la activación celular solo se produjo cuando las vibraciones sonoras se aplicaron directamente sobre la piel por encima del lugar de implantación durante al menos 15 minutos.
Los huesecillos auditivos convierten las ondas del sonido acústicas en vibraciones mecánicas que activan canales iónicos mecanosensibles en las células ciliadas. La penetración de iones en la misma provoca la despolarización de la membrana y la creación de un potencial de acción.
Estos canales mecanosensitivos están muy extendidos en todos los organismos, incluidas las bacterias, por lo que pueden utilizarse para la terapia génica de diversas enfermedades, ya que la incorporación de estos receptores y su activación podrían modificar el potencial de célula y, como consecuencia, su actividad o incluso su función, según explica el artículo, publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology.
Sin embargo, la introducción sistémica de compuestos activadores de bajo peso molecular es difícil debido a sus efectos inmunogénicos, y los activadores físicos como la luz, los ultrasonidos, los campos magnéticos, las ondas de radio, la electricidad y la temperatura no siempre son convenientes en aplicaciones prácticas.
Por otro lado, la voz humana, los auriculares, los aviones que pasan a baja altura, los cortacéspedes, los coches de bomberos y los bocinazos no provocaron una secreción indeseada de insulina cuando se percibieron desde diferentes distancias y direcciones, destacan los autores del estudio.
De esta forma, opinan los científicos, las células están protegidas de la secreción imprevista de insulina, lo que hace creer que su nuevo desarrollo puede servir de sustituto potencialmente viable de las inyecciones de insulina para los diabéticos.