La suerte de Pedro Chávarry no se acaba. Al exfiscal de la Nación más cuestionado desde Blanca Nélida Colán lo ha vuelto a blindar el Congreso, que, como el anterior, se ha inventado las leguleyadas más ridículas para impedir lo elemental: que a Chávarry lo investigue la justicia por encubrimiento personal y real por el deslacrado de la oficina de su ex asesor Juan Manuel Duarte.
A Chávarry sólo se le podrá investigar por delitos menores vinculados a este caso porque Luis Roel Alva, presidente de la nueva Subcomisión de Acusaciones Constitucionales de esa caja de sorpresas en que se ha convertido Acción Popular, consideró que ya había sido calificado por la anterior comisión que controlaba, recordemos, el fujimorismo y el aprismo, y no se podía retroceder en los actos.
En cambio, la misma Subcomisión decidió que una denuncia de Yeni Vilcatoma contra el fiscal Pablo Sánchez sí podía acumularse a otra hecha por Daniel Salaverry, a pesar de que este último la retiró en su momento.
Visto este nuevo episodio de la larga saga de movidas descaradas y barbaridades jurídicas que le han permitido salir prácticamente indemne de la colección de gravísimas denuncias que le han llovido encima, muchas de ellas flagrantes, habría que preguntarse qué tan extendidas son las relaciones de Chávarry y hasta dónde llega esta lógica mafiosa, que parece haberse enquistado en una parte importante de nuestro país, que le permite que el Congreso sea reemplazado, que los nombres de los parlamentarios cambian, pero el trato que se le dispensa sigue siendo el mismo.
Además del caso del deslacrado, el prontuario de Chávarry incluye una seguidilla de mentiras que fueron cayendo una tras otra cuando intentó negar una reunión con prensa amiga en casa de Antonio Camayo, organizada nada menos que por César Hinostroza, que justificó con una frase para el bronce: «Si por mentir me van a inhabilitar, todos los abogados tendríamos que dejar el Colegio de Abogados».
También incluye el empleo descarado del cargo de fiscal de la Nación para amedrentar a sus críticos y atacar a los equipos de fiscales de los casos Lava Jato y Cuellos Blancos del Puerto, recordando que despidió a los fiscales José Domingo Pérez y Rafael Vela, lo que desembocó en su salida.
No podemos olvidar tampoco la publicación de la Unidad de Investigación del diario El Comercio que revelaba las enormes irregularidades en el proceso de ratificación de Chávarry, donde le alteraron las notas hasta en 10 puntos. Así como las críticas de la Junta de Fiscales Superiores y de 33 Juntas de Fiscales de todo el país, que le negaron su apoyo o abiertamente le exigieron que diera un paso al costado.
¿Qué secretos esconde Pedro Chávarry?, ¿dónde radica su poder que hasta ahora le ha regalado una inexplicable impunidad?, ¿qué tan extendidos son sus vínculos que hasta ahora se han asociado a mafias como Lava Jato y Los Cuellos Blancos del Puerto?
Una caja de sorpresas que no termina de abrirse, porque seguramente cuando lo haga arrastrará a muchísima gente, incluyendo sus encubridores.
(Transcripción de Al Vuelo con Raúl Tola de La Mula Reportajes)