Ya que estamos celebrando el Bicentenario de la Batalla de Junín, es momento de viajar hacia una de las más importantes zonas de la Historia del Perú que sirvió de escenario para lograr la Independencia Nacional del Reino de España. Esta vez nos vamos a visitar el santuario histórico de Chacamarca, una meseta a 4105 metros sobre el nivel del mar donde la temperatura promedio es de 9°C en el día y a 6° C bajo cero durante las noches. Una llanura de ichu y humedales que se extiende sobre 2 500 hectáreas y perteneciente a la meseta del Bombon en la Cordillera de los Andes.
Llegar a Chacamarca tiene dos posibilidades de viaje por carretera y un promedio de 5 a 6 horas de viaje. Una alternativa es salir del centro de Lima y tomar toda la avenida Universitaria hasta el final, tomar la salida a la derecha por la calle seis y luego la carretera hacia Canta o carretera Vencedores de Sangrar, pasar por los poblados de Chocas, Huanchipuquio, Cocayalta, Yangas, La Cabana, Quives y Canta. Luego de un pequeño momento para disfrutar de lo que ofrece Canta entre panes, queso, y bebidas continuamos la cuesta hacia la altura por los poblados de Las Camelias, Huaros, Culhuay, Pariacancha y empezar a disfrutar de hermosas Lagunas como Chuchon, Torococha, La Viuda, Yurajchupa, la más grande, Parionacocha al lado de Cauquis Machay, esto en la Cordillera de la viuda para empezar a descender de carreteras serpenteantes hasta las lagunas de Tuctococha y Quiulacocha, que por cierto cada una con diferentes historias, leyendas y mitos que será motivo de una próxima entrega de tradiciones.
El viaje continúa por senderos inhóspitos y llenos de cerros, montañas, nevados, acantilados, frío y viento que silva durante el recorrido hasta observar una nueva laguna mucho más grande denominada Huascacocha seguida por otras dos pequeñísimas a cada lado de la carretera Huay Huay y Cajón Cancha. Descendemos un poco y observamos la laguna de Huandococha hasta llegar al pueblo de Huayllay, seguimos el viaje por la carretera y a lo lejos ya podemos ver las formaciones pétreas de animales del bosque de piedras de Huayllay, el elefante, la alpaca, el sapo, la tortuga, el moje y otras formaciones espectaculares que no dejan de sorprender. Estamos en la región de Cerro de Pasco, seguimos el viaje y pasamos por Cochamarca, Vicco, Shelby, lugar donde se hace un quiebre para llegar a Ninacaca y volver a la región Junín en la misma carretera pasando por Carhuamayo, Santa Clara de Chiyo y bordear el gran lago de Chinchaycocha, pasar por Huayre y llegar a distrito de Junín. De aquí al santuario de Chacamarca está a 15 minutos.
El monumento a los Vencedores de Junín está construido en una zona central donde se desarrolló las acciones bélicas el 6 de agosto de 1824, donde no hubo disparos y solo el sonido de los sables y las arengas determinaron una victoria patriótica. Se encuentra un museo de sitio donde se puede observar vestigios de uniformes militares de la época, unas chozas, dos vagones de tren, y el obelisco cilíndrico de 39 metros de altura que en la parte superior presenta una gran esfera con 17 puntas alrededor que simulan el sol, una gran placa del centenario y alrededor una pequeña plaza de piedra laja y cemento.
Contemplar esta meseta es interesante por la forma cómo diseñaron las estrategias para abordar una batalla tan singular según cuentan los momentos bélicos. Las salidas en la explanada y la llegada de la caballería para frenar un repliegue o escape. Pero mejor aún la producción de ganado ovino, auquénidos y vacas además de observar estaciones maravillosas en el Lago Junín o Chinchaycocha, que es uno de los más extensos en el país, perteneciente a la Reserva Nacional de Junín, creado el 7 de agosto de 1974, con 53 mil hectáreas y los diversos lagos que observamos durante el viaje. Esta zona está reconocida como humedales de importancia internacional por la presencia de aves acuáticas con el zambullidor, patos diversos, la huallata, gallareta, gallinetas, flamencos o parihuanas, lique-lique, gaviotas que se complementan con zorros andinos, comadrejas, zorrinos, vizcachas, gato montés, cuy silvestres, además de la rana de Junín y la llegada de diversas especies de aves en temporada de migración. Sin duda hay pajonales, ichu, bofedales y especies de totorales.
La otra ruta es por la carretera central, es decir salir del centro de Lima y llegar a Chaclacayo, Chosica, Ricardo Palma, Corcona, Matucana, San Mateo, Chicla, Casapalca, Morococha y La Oroya, luego tomar la ruta hacia Cerro de Pasco pasando por Paccha, Tilacnioc y luego hacia la izquierda el Santuario de Chacamarca.
En estas rutas se ven casas pintorescas, propias de la sierra con tejado o construcciones a dos aguas, por las lluvias frecuentes, sembríos y campiñas con productos agrícolas como papa, maíz, trigo, pero en la medida de como vamos subiendo la cordillera van disminuyendo las zonas de cultivo convirtiéndose en zonas agrestes de cerros y montañas. Espacios geográficos extraordinarios que nos muestran la riqueza de nuestros paisajes de nuestra historia y de nuestra tradición.
A seguir viajando y a seguir visitando nuestra tierra… así es nuestro país. (MGD).
Fotos difusión