La recuperación del empleo aún es insuficiente en América Latina, donde se mantienen las condiciones que favorecen la alta informalidad, que alcanza a más del 70 % de los puestos de trabajo generados en los últimos meses en la región, alertó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
«Todavía hay una brecha muy considerable de 14 millones de empleos perdidos», sostuvo el director de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro, al presentar este miércoles en Lima el estudio «Empleo e informalidad en América Latina y el Caribe: una recuperación insuficiente y desigual».
El informe remarcó que la desocupación y la baja en la participación laboral son persistentes, por lo que hizo un «llamado a la acción» para enfrentar el impacto desigual de la crisis «con más y mejores empleos» en la región.
Pinheiro agregó que aunque el Producto Interno Bruto (PIB) de algunos países ya está regresando a los niveles que tenía antes de la pandemia, se considera que la recuperación del empleo no se va a dar antes de 2024 o 2025.
NI CANTIDAD, NI CALIDAD
«El panorama laboral es complejo y plantea desafíos de grandes magnitudes», sostuvo el director regional de la OIT al comentar un escenario caracterizado por una elevada tasa de desocupación y el predominio de las ocupaciones informales.
Al respecto, la economista laboral de la OIT Roxana Maurizio, una de las autoras del documento, detalló que se produjo «una caída en el nivel de actividad económica en la región que no tiene precedentes en la historia regional», al llegar al 7 %, así como una reducción de la tasa de ocupación del 10 %.
⚠️¿Cuál es la situación del empleo informal en América Latina?
Hoy @OITAmericas presentó su informe:"Empleo e informalidad en A.Latina y Caribe: una recuperación insuficiente y desigual",que destaca los principales desafíos que enfrenta la Región.
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— OIT ConoSur (@OITconosur) September 8, 2021
En ese sentido, se perdieron alrededor de 26 millones de empleos durante 2020 por el impacto de la pandemia, lo que dejó un panorama que «resulta aún más complejo» si se considera que durante el pasado semestre se ha producido «cierta estabilidad y ralentización del nivel de recuperación que había empezado el año pasado».
INFORMALIDAD SE MANTIENE
El documento detalla que en el primer trimestre de 2021, alrededor del 76 % de los trabajadores independientes, «y algo más de un tercio de los asalariados, eran informales».
Agregó que «si bien es prematuro para afirmar que se está observando un proceso de informalización de las ocupaciones previamente formales, teniendo en cuenta experiencias de crisis previas, este es un riesgo latente importante».
Pinheiro sostuvo, por su parte, que entre los principales errores que se están cometiendo en la región está el «no utilizar esta oportunidad de crisis para crear caminos hacia la formalización».
«Lo que está ocurriendo es, o la recuperación de los mismos empleos informales o un empeoramiento de los niveles de informalidad», comentó.
El representante de la OIT recordó que este aspecto «fue lo que dejó precisamente a la región vulnerable frente a la pandemia», al que se sumó un «segundo error» vinculado con la protección social, que en los países de la región solo llega completa al 40 % de la población, lo que ha «amplificado el efecto de la pandemia».
MUJERES Y JÓVENES, LOS MÁS AFECTADOS
Además, el informe remarca que las mujeres, los jóvenes y las personas con menores calificaciones han sido los más afectados por el impacto de la pandemia en el empleo.
OIT: Solo el empleo masculino recobra los niveles prepandemia
«El impacto desproporcionado de la pandemia sobre la juventud es una bomba de tiempo que podría afectar la estabilidad social y económica en América Latina», alertó Pinheiro.
Estos componentes de desempleo e informalidad hacen que se corra el riesgo de que Latinoamérica tenga una población de jóvenes que constituya «una generación del confinamiento», señaló.
Maurizio agregó que «claramente ha habido una ampliación de las brechas laborales por género» durante la crisis generada por la pandemia, ya que alrededor de 12 millones de puestos trabajo femeninos se perdieron el año pasado en la región.
«Lo que hemos evidenciado es un fuerte retroceso en la tasa de participación femenina, que en algunos casos tenemos que remontarnos a 10 o 15 años atrás», enfatizó.
UN COMPORTAMIENTO ATÍPICO
Además, la OIT constató que el alto nivel del empleo informal ha tenido un «comportamiento atípico», ya que a diferencia de otras crisis, estas ocupaciones «no aumentaron ni ofrecieron refugio para quienes perdían empleos formales».
En ese sentido, las medidas que se tomaron para enfrentar la crisis sanitaria tuvieron un fuerte impacto en la destrucción de ocupaciones informales, lo que incluso determinó la reducción temporal de las tasas de informalidad en algunos países.
Ahora, ante una recuperación más intensa de las posiciones informales, es posible que en muchos países su tasa sea similar o incluso superior a la anterior a la pandemia, cuando alcanzaba a alrededor de 51 % de los ocupados.
El informe destacó que la reducción de la ocupación entre el primer y segundo trimestre de 2020, en el peor momento de la crisis, llegó a más de 43 millones de empleos y la posterior recuperación hasta el primer trimestre de 2021 fue de alrededor de 29 millones, por lo que un 30 % de empleos perdidos aún no se han recuperado.
EFE- Foto Crónica Viva- Mónica Fierro