El amor de Wall Street por la red social Snapchat ha sido casi tan efímero como los mensajes que se intercambian en ella. La aplicación del fantasma abría este lunes la cotización en su valor histórico más bajo, una caída del 5% respecto al cierre de mercado la semana pasada que colocaban la acción a 13.17 dólares, un precio muy alejado de los 17 dólares que tenía cuando entró a cotizar en Bolsa el pasado mes de marzo.
Hay razones para justificar esta última caída. El lunes vencía el primer plazo del bloqueo de venta de acciones para los empleados de la compañía.
Los inversores esperaban que muchos de ellos vendiesen sus participaciones en la empresa, sobre todo después de ver la tendencia de la cotización en los últimos meses.
A lo largo de la jornada la acción fue recuperando terreno en los gráficos de la Bolsa de Nueva York hasta cerrar con una caída del 1% pero sin quitarse de encima las dudas sobre el futuro de una empresa que, al menos durante unos segundos, llegó a parecer un rival interesante en el terreno de las redes sociales.
Facebook alcanza los 2,000 millones de usuarios en todo el mundo
Snapchat no está innovando lo suficientemente rápido y Facebook, su mayor y mejor dotado rival, ha sabido copiar muchas de sus funciones con maestría.
Snapchat aún mantiene cautiva a una audiencia joven, activa y entregada de 166 millones de usuarios pero el crecimiento parece haberse detenido desde el lanzamiento de Instagram Stories, que permite también compartir pequeños videos y fotografías efímeras.
Los analistas temen que en la próxima presentación de resultados Snapchat tenga que reconocer una disminución en el número de usuarios activos o el tiempo que pasan dentro de la aplicación.
Para agravar aún más la situación, el lunes Facebook anunció que las Stories de su mayor red social -la que da nombre a la empresa- serán también públicas, contribuyendo a acrecentar las dudas sobre el futuro del rival. Famosos y grandes empresas tienen ahora una plataforma mucho más extensa a través de la que transmitir estos mensajes cortos tan populares.
Para contrarrestar el ataque de sus rivales, Snapchat ha comenzado a experimentar con productos de electrónica de consumo.
Las Spectacles, unas gafas que permiten compartir de forma fácil lo que el usuario ve a través de Snapchat, fueron su primer intento. Una política de distribución muy restringida las convirtió en todo un éxito para la imagen pública de la compañía, pero pasados unos meses el interés por ellas parece haber decaído.
Se rumorea que la compañía de Evan Spiegel trabaja ahora en otros productos de hardware, como drones y gafas de realidad aumentada, pero el impacto de estos productos en las cuentas será pequeño.
Snapchat necesita volver a capturar la atención de sus usuarios, convencerles de que sigue siendo la mejor forma de enviar mensajes a sus amigos, pero la paciencia en Wall Street parece estar terminándose.
Ángel Jiménez de Luis/ www.elmundo.es