El encuentro del viernes entre el presidente de Rusia, Vladimir Putin, con el que fuera jefe de Personal del grupo de mercenarios Wagner Andrei Troshev da a entender a los servicios de Inteligencia británicos que el mandatario tiene intención de seguir empleando a los operativos de este grupo por su dilatada experiencia a pesar de la insurrección protagonizada en junio por su ahora fallecido líder Yevgueni Prigozhin.
Reino Unido alude a las imágenes publicadas el viernes 29 de septiembre sobre el encuentro mantenido entre Putin y Troshev, donde el mandatario encomienda a Troshev la formación de «nuevas unidades de voluntarios».
De acuerdo con la información que baraja Londres, Troshev acabó poniéndose del lado de las fuerzas de seguridad oficiales este pasado verano al alentar a los mercenarios de Wagner a firmar contratos que cimentaran su relación con las fuerzas rusas, en contra de las órdenes de Prighozin. «Probablemente muchos veteranos de Wagner consideran a Troshev un traidor», estima Reino Unido.
El líder de Wagner se negaba a que sus fuerzas acabaran bajo órdenes directas del ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, al que consideraba un incompetente. Los expertos entienden que esta fricción fue uno de los principales motivos de la efímera insurrección de junio.
La Inteligencia militar británica, en su evaluación difundida este sábado, entiende la publicación del encuentro como una «validación presidencial» del trabajo de Troshev e indica que «Rusia seguirá empleando a unidades de voluntarios y compañías militares privadas mientras sigue planeando el futuro de Wagner».
La Inteligencia militar británica concluye que ve a Putin preparado para «emplear la experiencia de veteranos que demuestren su utilidad al Estado ruso», concretamente en el sur del mundo y África en particular, «aunque probablemente bajo una supervisión más estricta del Kremlin».
Europa Press
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