NUEVA YORK.- «Oír al presidente Trump elogiar las virtudes de la tortura como arma en la lucha contra el terrorismo, y confirmar su voluntad de autorizar su uso hiela la sangre», señaló el relator de la ONU para los DDHH en casos de terrorismo, Ben Emmerson.
En ese sentido, consideró que el mandatario estadounidense quiere reintroducir el uso de la tortura con sospechosos de terrorismo por razones «populistas» y suponen un desafío al derecho internacional.
El uso de agua para provocar la asfixia controlada de los prisioneros, un método que internacionalmente es considerado como tortura, fue empleado por la CIA en sus cárceles secretas contra sospechosos de terrorismo durante la presidencia de George W. Bush (2001-2009).
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La práctica fue prohibida por el presidente Barack Obama, pero Donald Trump se declaró antes de su elección favorable a su reintroducción, ya que considera que «la tortura funciona».
Una vez en el poder, Trump aseguró que seguiría los consejos de su ministro de Defensa y del director de la CIA.
El representante de Estados Unidos en los debates de esta semana en el Consejo de Derechos Humanos, Erin Barclay, reiteró el jueves que «la prohibición de la tortura forma parte integral de nuestra Constitución». (ECHA- Agencias)