GINEBRA.- La Unión Europea (UE) debe utilizar su peso diplomático y económico para intentar impedir la anexión de partes de Cisjordania que Israel pretende llevar a cabo a partir del 1 de julio, con el visto bueno de Estados Unidos y el rechazo de buena parte de la comunidad internacional.
La UE debe servirse de «su peso económico, conocimiento diplomático y la influencia de su ayuda, comercio e inversiones» para alertar contra la polémica extensión de soberanía israelí a territorio palestino ocupado, señaló hoy en un comunicado Michael Lynk, relator especial de la ONU para la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados por Israel desde 1967.
La anexión, advierte este experto, «llevará a un marcado empeoramiento de la situación de derechos humanos en los territorios palestinos ocupados y en el día a día de millones de palestinos».
El plan israelí, impulsado y defendido por la Administración Trump, «es una continuidad de la extensión ilegal de soberanía israelí sobre tierras árabes y palestinas en las últimas décadas, excepto que ahora está pasando mientras la comunidad internacional está más alerta que nunca a las graves violaciones de la ley internacional».
Según Lynk, de llevarse a cabo la anexión, que afectaría alrededor de un 30 por ciento de Cisjordania (el Valle del Jordán y decenas de colonias judías en el Área C de ese territorio), «dejaría Cisjordania como un Bantustan comido por las polillas, lo que sería el final, no el principio, de un estado palestino genuino. Esto sería una forma moderna de apartheid, una anomalía política en el siglo XXI».
Ante esta perspectiva, el experto considera que la comunidad internacional debe actuar, y señala en particular a la UE, involucrada desde hace décadas en la búsqueda de una solución pacífica y acordada al conflicto palestino israelí.
Para ello, la UE no debe solo insistir en el cumplimiento estricto de la ley internacional, sino que debe «detallar las medidas políticas, diplomáticas y económicas» que tomará si Israel desafía la postura mundial.
Se ha llegado a un punto, advierte, en el que aprobar resoluciones no contribuye a alcanzar «la paz justa y duradera y la seguridad humana que palestinos e israelíes merecen».
Sea cual sea la cantidad de tierra que se anexione en una primera fase, esta anexión, «es contraria a la Carta de Naciones Unidas y es fundamentalmente un acto ilegal«, al que la UE se debe oponer con «un decidido menú de contra-medidas», señala.
El acuerdo de gobierno israelí marca el 1 de julio la fecha a partir de la cual puede empezar a concretar sus planes de anexión o introducir el debate para ello en el Parlamento. Sin embargo, el plan aún no se ha hecho público y se desconoce la fecha exacta para la extensión de soberanía.
Se está produciendo un debate interno en el Ejecutivo israelí sobre el territorio y plazos de la anexión, y un comité en el que participan Israel y Washington está elaborando un mapa para concretarla. EFE