PRAGA.- El gobierno de la República Checa anunció hoy una expulsión a gran escala de diplomáticos rusos, en una nueva reacción a las acusaciones de que agentes rusos participaron en acciones de «terrorismo» en suelo checo, lo que ha disparado la tensión entre ambos países.
«Ponemos un techo al número de diplomáticos rusos en la República Checa, que se iguala al número de nuestros diplomáticos en Moscú», anunció el ministro checo de Asuntos Exteriores, Jakub Kulhanek, en una declaración televisada en la que no concretó el número de funcionarios rusos afectados.
Esta medida llega al expirar el ultimátum dado por Praga a Moscú para que revirtiera la orden de salida a 20 trabajadores de la representación diplomática checa en Moscú, en represalia a una expulsión anterior de diplomáticos rusos.
Praga justificó su medida en el artículo 11 de la Convención de Viena, que regula el número de diplomáticos acreditados, y aunque la decisión entra hoy en vigor, da de plazo «hasta finales de mayo» a Moscú para aplicar la reducción de personal.
La República Checa tenía 60 representantes en Rusia antes del estallido del contencioso y tras la última expulsión quedan unas 40 personas, mientras que los rusos contaban con 135 miembros acreditados en el país centroeuropeo, de los que quedan 117, por lo que los medios checos estiman que la reducción rondará alrededor de 80 personas.
El pasado sábado el Gobierno checo responsabilizó a los servicios de inteligencia rusos de la explosión de un polvorín en 2014 que dejó dos muertos y anunció la expulsión de 18 miembros de la embajada rusa en Praga.
Según el contraespionaje checo, los expulsados trabajaban para los servicios rusos de inteligencia militar (GRU) y civil (SVR).
«Hemos conseguido romper dos bases completas de los servicios rusos GRU (espionaje militar) y SVR (espionaje civil)», afirmó el hoy el ministro de Interior, Jan Hamacek.
El Senado checo aprobó la víspera una declaración condenatoria de Rusia en la que califica el acto de sabotaje en el depósito de munición como un «acto de terrorismo de Estado».
«La República Checa es un país soberano y las pruebas de un acto terrorista que tenemos a disposición nos obligan a una reacción», señaló el primer ministro, Andrej Babis.
Tanto la OTAN como la Unión Europea han mostrado su solidaridad con la República Checa en un momento de tensiones con Rusia debido a la acumulación de tropas cerca de la frontera con Ucrania. EFE