“En consecuencia, pasa al archivo”. Con esta sentencia, el presidente del Congreso, Alejandro Soto, formalizó lo que era inminente: el retiro de firmas en la moción de vacancia contra Dina Boluarte había debilitado la sola admisión a debate de esa demanda. Y entonces, la mayoría congresal ratificaba lo evidente, que para ellos la presidenta podrá ser todo lo errática que quisiera, pero será intocable.
Empezaba la sesión del pleno del Congreso del miércoles 18, y el titular de este poder del Estado indicaba que la moción de vacancia contra la presidenta Dina Boluarte, había pasado al archivo. Explicó que ello se debió a que retiraron sus firmas de dicho documento ya no dos, sino tres de los parlamentarios que en apariencia la respaldaban.
Soto no tuvo problemas en mencionar los nombres de los responsables de esta maniobra. Se trataba de Raúl Doroteo y Elvis Vergara, de Acción Popular, y de Luis Kamiche, de la bancada de Cambio Democrático – Juntos por el Perú.
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De este modo, la moción ya no cumplía con el requisito establecido en el inciso A del artículo 89-A del reglamento del Congreso. En él se establece que este tipo de mociones deben de contar con, por lo menos, el respaldo de 20% del número legal de parlamentarios. Siendo así, las tres firmas retiradas enviaron al archivo un intento más para que la vicepresidenta de Pedro Castillo deje Palacio y por fin cumpla su promesa hecha en el Sur del país: Si el profesor se iba (o lo sacaban), ella también dejaría el poder.
Al principio, la moción contaba con las firmas de 26 legisladores de Perú Libre, Cambio Democrático-Juntos por el Perú, Acción Popular, Perú Bicentenario y Bloque Magisterial. Estos pidieron declarar la vacancia presidencial por considerar que la mandataria habría incurrido en permanente incapacidad moral al salir del territorio nacional de manera supuestamente irregular, infringiendo el artículo 115 de la Constitución.
El mensaje parece ser, una vez más, claro: Aquí, en el Legislativo y en el Ejecutivo, nadie será removido hasta el 2026.
(JA)
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