MÁLAGA (España).- Se notaba en el ambiente que no era cualquiera el artista que iba a reinar sobre las tablas del impresionante escenario del Auditorio de Málaga (sur de España). Ricky Martin ha deleitado con sus mejores éxitos de ayer y hoy a un público internacional que ha enloquecido en el que ha sido el primer concierto en Europa de su gira One World Tour.
A las 21.30 horas de la noche las luces se han apagado para desatar la locura. En un escenario flanqueado por dos enormes pantallas y desde una tarima, Ricky Martin ha hecho su aparición estelar.
Primero sus bailarinas, luego él, ataviado con traje y corbata negra y camisa blanca, su tema «Mr. Put it down» ha dado el pistoletazo de salida a casi una hora y cuarenta y cinco minutos de concierto.
Tras dos cambios de vestuario Martin, ha subido la «Adrenalina» entre un público absorto ante un espectacular juego de luces y coreografías de ritmo frenético que el propio artista no ha dudado en realizar junto a su grupo de baile.
«Es una noche muy especial, mágica y he venido aquí a pasarla bien. Lo único que les pido es que hoy sean libres», ha pedido el cantante para después sumergir a los más de 10,000 fans citados en la Costa del Sol en una de sus baladas, «Tal vez».
Treinta minutos ha tardado el de Puerto Rico para desempolvar del cajón de sus éxitos «la vida loca» para los más nostálgicos, que también han disfrutado de temas como «La bomba» o «Por arriba por abajo».
Sus fans se han rendido ante el cantante latino que no ha dejado a nadie indiferente con un espectáculo versátil donde ha lucido hasta una falda.
El artista ha clamado con «Asignatura pendiente» por la libertad de todos los niños sometidos a la esclavitud y contra la trata humana, lacra contra la que lucha a través de su fundación.
Ricky Martin no ha estado solo y con los primeros acordes de «Tu recuerdo» Málaga se ha rendido también ante ‘La Mari’ de Chambao, que a duo ha interpretado con el puertorriqueño una de sus «lentas».
La sensualidad ha sido la reina del escenario para que el maestro de ceremonias interpretara «adiós» y ha provocado el éxtasis con su conocido estribillo «un, dos, tres, un pasito para adelante María».
A la hora y media los tambores han anunciado lo que muchos esperaban. Ricky Martin, entero de blanco, ha interpretado «pégate» acompañado de sus bailarines como si de un séquito de ángeles se tratara.
La guinda del pastel ha sido «la copa de la vida» que he devuelto al público a los recuerdos del mundial de fútbol de 1998 y ha hecho vibrar a Málaga, que ha reclamado una más y Martin les ha concedido «la Mordidita» con confeti incluido para el fin de fiesta.